Oración vigésimo tercer día de Cuaresma

Hoy es jueves 11 de Marzo, vigésimo tercer día de Cuaresma y estamos llamados a admirar el poder infinito de Dios, ese poder tan divino y humano a la vez que libera al hombre.

EVANGELIO DEL DÍA: Lc 11,14-23

«En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo. Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: “Por arte de Belcebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: “Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belcebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belcebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama”».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«El poder infinito de Dios no nos lleva a escapar de su ternura paterna, porque en él se conjugan el cariño y el vigor. De hecho, toda sana espiritualidad implica al mismo tiempo acoger el amor divino y adorar con confianza al Señor por su infinito poder».

Laudato Si, nº 73

REFLEXIÓN PERSONAL:

Vivir desde la confianza ciega de que nuestras vidas están en manos de Dios implica asumir riesgos, no temblar ante las adversidades y saber que no estamos solos. ¿Vivo mi vida con la total confianza de que Dios me sostiene? ¿Por qué no lo hago y empiezo a vivir feliz? Recordemos que quien tiene a Dios lo tiene todo y nada debe temer.

CANCIÓN:

“Pequeña historia” (Esclavas del divino Corazón)

ORACIÓN FINAL:

Recuérdame Señor cada día en quien he puesto mi confianza, que en momentos difíciles nada tema porque tú estás conmigo, regálame la gracia de vivir confiado para que mi vida sea una acción de gracias continua. Amén.

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