Oración vigésimo quinto día de Cuaresma

Hoy es 13 de marzo de 2021, sábado III de Cuaresma y el Evangelio nos invita a pensar no sólo en cuanto rezamos sino en cómo rezamos. Jesús, nos exhorta a ponernos delante de Dios con humildad.

EVANGELIO DEL DÍA: Lc 18,9-14

«En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás: “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ‘Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo’. El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: ‘Oh, Dios!, ten compasión de este pecador’. Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«La Shoah no debe ser olvidada. Es el “símbolo de hasta dónde puede llegar la maldad del hombre cuando, alimentada por falsas ideologías, se olvida de la dignidad fundamental de la persona, que merece respeto absoluto independientemente del pueblo al que pertenezca o la religión que profese”. Al recordarla, no puedo menos que repetir esta oración: “Acuérdate de nosotros en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida. ¡Nunca más, Señor, nunca más!”».

Fratelli Tutti, nº 247

REFLEXIÓN PERSONAL:

Cuánto me cuesta abrazar lo diferente, lo desconocido. Unas veces por miedo a lo desconocido y otras por soberbia. Creer que lo nuestro es mejor que lo de los demás es ignorar el respeto que merecen todas y cada una de las personas ya por el hecho de ser parte de tu Creación. Te invito a que mires con amor a esa persona que consideras diferente a ti, que dediques unos minutos de tu tiempo a escucharla con las orejas de tu corazón. Quizás juntos descubramos otra forma de hablar con Dios.

CANCIÓN:

“Renúevame” (Rubén de Lis)

ORACIÓN FINAL:

Me postro ante ti, Señor con humildad, sabiéndome pecador, pero también con la certeza de que sólo Tú sabes lo que hay en mi interior y me quieres como se quiere a un hijo. Aun así, renuévame y hazme de nuevo. Habla Señor, que tu siervo escucha. Amén.

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