Oración vigésimo sexto día de Cuaresma

Hoy es 14 de Marzo, domingo IV de Cuaresma, recibimos con gratitud el recuerdo de que Dios envió a su Hijo para salvarnos.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 3,14-21

«En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«La caridad necesita la luz de la verdad que constantemente buscamos y “esta luz es simultáneamente la de la razón y la de la fe”, sin relativismos. Esto supone también el desarrollo de las ciencias y su aporte insustituible para encontrar los caminos concretos y más seguros para obtener los resultados que se esperan. Porque cuando está en juego el bien de los demás no bastan las buenas intenciones, sino lograr efectivamente lo que ellos y sus naciones necesitan para realizarse».

Fratelli Tutti, nº 185

REFLEXIÓN PERSONAL:

Muchas veces vemos a Jesús como la Luz que vino al mundo a salvarnos. Él es la única verdad. En un mundo cargado de relativismo, empachado de sobreinformación sin contrastar, pero con ansias por saber la verdad de lo que acontece entre tanto ruido que nos aturde… Dios nos envía a su Hijo Amado para salvarnos. ¿Soy luz en medio de las tinieblas o en cambio apago la vela que Dios enciende en mi corazón para dar calor y alegría a mi prójimo? ¿Busco la Verdad y comparto mis dones para la consecución del bien común o en cambio me entretengo juzgando las obras de los demás?

CANCIÓN:

“No juzgues” (Hermana Glenda)

ORACIÓN FINAL:

Señor, sólo Tú sabes lo que hay en el interior de los corazones. No permitas que yo sea el temporal que apaga la vela que enciendes en cada uno de ellos. Que sepa acompañar en la búsqueda de la Verdad y junto con las personas que hoy me encuentre lleguemos hasta Ti. Ilumina nuestro camino hacia la consecución del Bien y de la Paz en el mundo. Amén.

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