Oración vigésimo noveno día de Cuaresma

Hoy es 17 de marzo, miércoles de la IV semana de Cuaresma. Jesús vuelve a demostrar que viene a romper las reglas absurdamente establecidas, que nos visita como Hijo para fundar una nueva relación entre Dios Padre y su pueblo. En un discurso sin tapujos describe el poder de juzgar que sólo Él tiene y las promesas de Vida que el Padre le ha encomendado para ti, para mí, para toda la Humanidad.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 5,17-30

«En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo”. Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: “En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida. En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!.

TEXTO ENCÍCLICA:

«En el Nuevo Testamento, el precepto de Hillel se expresó de modo positivo: “Traten en todo a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque en esto consisten la Ley y los Profetas” (Mt 7,12). Este llamado es universal, tiende a abarcar a todos, sólo por su condición humana, porque el Altísimo, el Padre celestial “hace salir el sol sobre malos y buenos” (Mt 5,45). Como consecuencia se reclama: “Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso” (Lc 6,36)».

Fratelli Tutti, nº 60

REFLEXIÓN PERSONAL:

El Hijo del hombre sigue actuando, curando, proclamando, aunque sea sábado; porque está unido al Padre y porque, igual que el Padre, «su acción en el mundo, no cesa». Está aquí para que veamos al Padre en Él, para que entendamos que es el Camino, la Verdad, la Vida que siempre se conduce justamente porque es Dios mismo entre nosotros. Ese Amor que le une al Padre también le une a mí, a mi ceguera, a mis miserias, a mis reglas absurdas; le une a mí al hacerse carne como yo. Y a la vez demuestra todo su Poder, su capacidad para sanarme, para elevarme, para romper con una ley que no es de Dios. Es Jesús, que irrumpe en mi vida para elevarla, porque es mi Dios, que siempre vela por mí, que no cesa en su regalo, en su Misericordia.

CANCIÓN:

“Fíate” (Ixcis – Versión Luis Guitarra)

ORACIÓN FINAL:

Padre, te doy gracias por enviar a tu Hijo para redimirme de mis miserias. Que, tal como Él me enseña, sepa yo aplicar tu santa ley del Amor en cada uno de mis actos, que guíe cada una de mis intenciones, que me lleve a ser misericordioso con mis semejantes como tú lo eres conmigo. Amén.

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