Oración del trigésimo séptimo día de Cuaresma

Hoy es 2 de Abril del 2019, Jueves de la V Semana de Cuaresma,  en la que recordamos a San Francisco de Padua. En el Evangelio de hoy, Juan nos recuerda la promesa de fidelidad que Dios nos pide y a la vez nos hace. Guardar su Palabra y vencer con ello a la muerte.

EVANGELIO DEL DIA: Juan 8, 51-59

“En verdad, en verdad os digo: «si alguno guarda mi Palabra, no sabrá lo que es morir para siempre.»

Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: “Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás.”

¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?»

Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: “El es nuestro Dios”, y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra. Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró.»

Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?»

Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy.»

Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo”.

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!.

TEXTO VICENCIANO: “Dios se complace en las almas sencillas” (S.V.P. IX, 359)

“Hay algunas almas, pero almas santas y buenas, que sólo necesitan una palabra para darles profundos conocimientos de Dios. Tenemos un ejemplo en nuestra propia casa: un pobre labrador de las montañas de Auvernia que había trabajado con el arado y guardando cabras, se había entregado a Dios de tal forma y hablaba de él tan dignamente que no hay prelado ni teólogo, ni cualquier otra persona que yo conozca que hubiese podido hablar de la misma forma; y no creo que jamás pueda oírse a nadie hablar tan bien.
¿Y dónde recibió esa instrucción? Se instruyó en algún sermón, al que había prestado toda su atención y que luego había meditado tranquilamente. Y Dios, que se complace en las almas sencillas y humildes, se había comunicado a él en abundancia”.

REFLEXIÓN PERSONAL:

Estamos llamados a Ser Santos y el primer paso para ello es conocer a Dios. ¿Me preocupo y me ocupo cada día de conocerle un poco más? Leer el Evangelio, escuchar atentamente y recibir la Palabra de Dios en la celebración de comunión espiritual, por no poder unirnos en un templo físico-  ahora que estamos confinados en nuestros hogares- e imitar a Jesús tomándole como modelo en nuestros quehaceres diarios. Esto nos ayudará a convertirnos en hombres humildes como aquel pobre labrador de las montañas de Auvernia cuya alma era santa y buena.

ORACIÓN FINAL :

Consciente de que al conocerte y guardar tu Palabra,
venceré contigo a los signos de muerte y desesperanza,
te pido, Señor, que tu Palabra, llegue a mi corazón
y produzca los cambios necesarios en mí
y pueda ser testigo de tu Reino en estos momentos de incertidumbre y fragilidad.
Amén

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