Oración del trigésimo octavo día de Cuaresma

Hoy es 3 de Abril del 2020, Viernes V de Cuaresma, día de Abstinencia… Jesús nos invita  a creer en El, a reconocerle como el enviado, el Hijo de Dios.

EVANGELIO DEL DIA: Juan 10, 31-42

“Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo:

«Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?»

Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.»

Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: “Yo he dicho: dioses sois?” .» Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios – y no puede fallar la Escritura – a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: “Yo soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre.»

Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí. Muchos fueron donde él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad.» Y muchos allí creyeron en él”.

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!.

TEXTO VICENCIANO: “Quien dice misionero, dice un hombre llamado por Dios” (S.V.P. XI, 762)

Quien dice misionero, dice un hombre llamado por Dios para salvar a las almas; porque nuestro fin es trabajar por su salvación, a imitación de Nuestro Señor Jesucristo, que es el único verdadero redentor y que cumplió perfectamente lo que significa ese nombre amable de Jesús, que quiere decir salvador. Vino del cielo a la tierra para ejercer ese oficio, e hizo de él el objetivo de su vida y de su muerte, ejerciendo continuamente esa cualidad de salvador por la comunicación de los méritos de la sangre que derramó. Mientras vivió sobre la tierra, dirigió todos sus pensamientos a la salvación de los hombres, y sigue todavía con estos mismos sentimientos, ya que es allí donde encuentra la voluntad de su Padre. Vino y viene a nosotros cada día para eso, y por su ejemplo nos ha enseñado todas las virtudes convenientes a su cualidad de salvador. Entreguémonos, pues, a él, para que siga ejerciendo esta misma cualidad en nosotros y por medio de nosotros». 

REFLEXIÓN PERSONAL:

La dimensión misionera del cristiano, nos exige llegar a la salvación propia y del prójimo a través de nuestras obras. Jesús vino y viene cada día para darnos la oportunidad de imitarle. Nos exhorta en cada momento a hacer Vida su Palabra sirviendo a aquel que pasa necesidad a nuestro lado. ¿Estoy atento a cada una de las ocasiones que Dios pone en mi camino para salvar a mi hermano y con él a mí?…¿Especialmente en este momento de pandemia? ¿Vivo cada día desde la esperanza de imitar a Jesús en su relación con Dios?

ORACIÓN FINAL:

Que sepa ver tu rostro Señor, en los más Pobres y sufrientes.
Que cada una de mis acciones de este día contribuyan a la salvación de mi hermano, al que me siento más unido que nunca.
Que crean en Ti, no por mis palabras sino por mis Obras que te reflejan en mí, y que éstas no busquen más que el cumplimiento de Tu Voluntad.
Amén

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