Y llegó el JUEVES de PASCUA…
Hoy Jueves Santo celebramos que el Padre tiene oídos para escuchar cuando sufre su pueblo. Hoy más que nunca el mundo sufre, sufre la enfermedad, el dolor, la soledad, la incertidumbre…Celebramos que ha declarado la guerra a todos los faraones del mundo. Celebramos su lucha por traer la sanación y hacer a las personas libres, por llevar a las personas hasta la Tierra de la Salvación. Pero lo más importante es que celebramos que Dios se ha desbordado en el Amor con Nosotros, con su Pueblo, haciéndose Servicio; y hoy él, como todos los días, dará su vida por nosotros.
1- En familia… experimentamos y compartimos este día. Con canciones que nos hablan del AMOR
2- Y con tareas para compartir:
Hoy la Iglesia Universal celebra el día del Amor Fraterno, y qué mejor forma que regalar AMOR a nuestro alrededor, regalar la expresión más gráfica del AMOR e inundarlo todo de corazones.
En familia podemos hacer corazones, grandes, pequeños, con cualquier material que tengamos en casa; papel, cartón, plastilina, barro, periódicos…escribir mensajes en su interior y compartirlos con los que están a nuestro alrededor y con el Mundo, lanzándolos por las ventanas de nuestras casas a las 20h.
3- Preparación de la cena judía.
4- Preparación de los oficios.
Nos preparamos para la Celebración de los Oficios, uniéndonos a la Iglesia Universal. Para ello necesitamos una toalla por persona, un barreño y una jarra, para utilizarla en el momento del lavatorio de los pies y poder lavarnos los pies unos a otros, siempre con las medidas de prevención necesarias.
5- CELEBRACIÓN DE LOS OFICIOS – Lavatorio de los pies y Última Cena- unidos a la Iglesia Universal.
Desde Internet: a las 17H en el canal de Youtube: Centro de Espiritualidad San Vicente de Paúl
Desde TV: a las 18H en 13 Tv y La 2
6- Para los más pequeños de la casa podemos ver: el siguiente cortometraje.
7- Vivimos la Última cena recreando algunos aspectos.
8- Después de la cena, los adultos tienen su propia oración en el Huerto con la película: De Dioses y de hombres
9- Terminamos el día con la Oración del Getsemaní:
Señor Jesús, yo creo en ti, doliente hasta muerte, en lucha con el trago, en lucha abierta hasta beberlo. Yo creo en ti, sudando sangre y muerte y tristeza, temblando el corazón y lleno de dolor y miedo.
Yo creo en ti, varón de dolores, nombre entre los hombres, luchando con la muerte, porque tú eres vida en el sendero para entregarla a los hombres que caminan solitarios, sin saber por qué, ni para qué, ni a donde. Solos sin remedio.
Yo creo en ti, abierto tu corazón al Padre, hecho grito pidiendo que el imposible se haga posible, se haga cierto. Yo creo en tu corazón abierto a la voluntad del Padre porque en tu vida su plan sobre ti es tu proyecto.
Yo creo en Ti, en lucha con la muerte, la condena, porque eres fiel en obediencia, como manso cordero. Yo creo en ti, corazón dolorido por el amor al hombre, porque tú has abierto las puertas de tu casa al mundo entero.
Señor Jesús quiero hacer silencio ante tu llanto y grito. Quiero hacer silencio ante el cansancio de tu silencio. Quiero acercarme a ti y palpar tu cuerpo dolorido. Quiero ponerme a tu lado y hacer oración en tu misterio.
Quiero decir contigo: si es posible Padre, si es posible, que pase este trago, que sabe a hiel y es duro y seco. Quiero decir contigo: Padre que se haga tu voluntad, y no la mía. Porque tú eres Padre primero.
Señor Jesús, enséñame a orar la vida, orar la sangre, orar la crisis, orar en la tentación, orar que es riesgo, querer beber el cáliz amargo, cuando uno solo, sin fuerzas, sin luz, sin nadie, en noche, quiere beberlo.
Señor Jesús, Señor de la noche eterna y salvadora, Señor obediente hasta la muerte, con amor sincero. Tú que eres Señor del Alba, Señor de la mañana. Danos tu luz cuando la noche nos vuelve ciegos.
Has hecho Señor mi corazón para acoger tu palabra y guardarla y hacerla vida aunque el corazón sangre. Tu palabra Señor Jesús, es buena noticia al hombre que escucha desde el interior donde la vida arde.
Tu Palabra, hecha Evangelio, es reto y es desafío para el que busca tu rostro y quiere contigo encontrarse. Quiero ser Señor Jesús, como la arcilla en tus manos. Quiero ser como una gota de agua en tu mar.
Yo me pongo en tus manos, Señor de mi vida, como tu te abandonaste en las manos de tu Padre. Me pongo en tus manos: lo que quiero es darme. Me pongo en tus manos: mi proyecto es tu proyecto de vida. Me pongo en tus manos mi voluntad es por tu vida desgastarme.
Señor Jesús que ocupaste el último lugar, la cruz que te hiciste uno de tantos para salvarme. Enséñame, a morir y en el morir encontrarme. Quiero haced, tu voluntad, aunque la cruz sea dura.
Ya está hecho, Señor, ya no podré olvidarte en un instante tu mes has conquistado, en un instante tú me has cautivado. Has barrido mis dudas, mis temores volaron. Te conocí sin verte, te sentí sin tocarte, te comprendí sin oírte.
Ya estoy marcado con el fuego de tu amor, ya está hecho: nunca podré olvidarte. Ahora yo te sé presente junto a mí, y trabajo en paz bajo tu mirada de amor. Ya no he vuelto a saber lo que es tener que hacer esfuerzos para orar: Me basta con levantar los ojos de mi alma hacía Ti, para encontrar tus ojos.