Hoy es jueves 10 de abril. Trigésimo séptimo día de Cuaresma.
Celebramos la festividad de San Miguel de los Santos. Su vida estuvo marcada por una profunda espiritualidad desde su infancia, siendo conocido por su fervor en la oración y su espíritu de sacrificio. San Miguel destacó por su profunda humildad y devoción, siendo reconocido como un alma llena del amor de Dios. Su camino espiritual lo llevó a abrazar la austeridad. Su ejemplo de vida continúa inspirando a fieles de todas las generaciones, recordándonos el poder transformador del amor y la fe en Dios.
Evangelio del día: Jn 8, 51-59
Les aseguro que el que es fiel a mi palabra, no morirá jamás. Los judíos le dijeron: «Ahora sí estamos seguros de que estás endemoniado. Abraham murió, los profetas también, y tú dices: «El que es fiel a mi palabra, no morirá jamás». ¿Acaso eres más grande que nuestro padre Abraham, el cual murió? Los profetas también murieron. ¿Quién pretendes ser tú?» Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica, el mismo al que ustedes llaman «nuestro Dios», y al que, sin embargo, no conocen. Yo lo conozco y si dijera: «No lo conozco», sería, como ustedes, un mentiroso. Pero yo lo conozco y soy fiel a su palabra. Abraham, el padre de ustedes, se estremeció de gozo, esperando ver mi Día: lo vio y se llenó de alegría». Los judíos le dijeron: «Todavía no tienes cincuenta años ¿y has visto a Abraham». Jesús respondió: «Les aseguro que desde antes que naciera Abraham, Yo Soy». Entonces tomaron piedras para apedrearlo, pero Jesús se escondió y salió del Templo.
¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
Enseñanzas de San Vicente de Paúl
Dios ama a los pobres, y por consiguiente ama a quienes aman a los pobres; pues, cuando se ama mucho a una persona, se siente también afecto a sus amigos y servidores. Pues bien, esta pequeña compañía de la Misión procura dedicarse con afecto a servir a los pobres, que son los preferidos de Dios; por eso tenemos motivos para esperar que, por amor hacia ellos, también nos amará Dios a nosotros. Así pues, hermanos míos, vayamos y ocupémonos con un amor nuevo en el servicio de los pobres, y busquemos incluso a los más pobres y abandonados; reconozcamos delante de Dios que son ellos nuestros señores y nuestros amos, y que somos indignos de rendirles nuestros pequeños servicios».
SVP XI, 273
Para la reflexión personal
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. Es mi Padre el que me glorifica», ante estas palabras, Jesús nos muestra su íntima unión con su Padre, sabe que el amor del Padre es más fuerte que los problemas e insultos que los judíos le tienden para hacerlo caer. Jesús nos quiere enseñar esa confianza filial en el Padre sin la cual la vida del cristiano no tiene sentido. Veamos el ejemplo de los niños, de como se sienten seguros junto a su padre porque se abandonan totalmente a la protección de su papá, saben que a su lado nada les podrá hacer daño. Así debe de sentirse el Cristiano con su Padre Dios, seguro de que nada le podrá hacer daño seguro de que nunca está solo y que siempre tiene a un Padre amoroso que está a su lado.
Jesús nos invita en este evangelio a proclamar con nuestra vida y nuestras acciones el amor misericordioso del Padre. Sólo el amor a Dios dará la vida y el sentido al mundo. Nuestra misión es la de trasmitir el amor de Dios y su misericordia. Hagamos de nuestra vida una autentica vocación al amor, viviendo para servir a los demás.
¿Demostramos el Amor de Dios a cada una de las personas con las que convivimos a diario?
¿Extendemos ese amor siendo solidarios con los más vulnerables?
Canción: No moriré (Brotes de Olivo)
Oración final
Padre del amor aumenta nuestra fe cada día para que no nos sintamos morir ante ninguna adversidad sino que por el contrario sintamos tu amor y tu presencia.
Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.