Oración decimonoveno día de Cuaresma

Hoy es Domingo 12 de marzo. Jesús nos elige a cada uno de nosotros al igual que a la Samaritana para acercarnos a su pozo de agua. Esa agua que nos llena de vida es el agua que calma nuestra sed en nuestro caminar, es la fuerza del Espíritu que alienta nuestros pasos en esta Cuaresma. Que su Palabra renueve nuestro ser.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 4,5-42

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber». Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva».
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?».
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna».
La mujer le dice: «Señor, dame de esa agua así no tendré más sed ni tendré que venir aquí a sacarla».
Él le dice: «Anda, llama a tu marido y vuelve».
La mujer le contesta: «No tengo marido».
Jesús le dice: «Tienes razón que no tienes marido; has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad».
La mujer le dijo: «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén».
Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad».
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo».
Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo».
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO:

«Al mismo tiempo, caminar juntos como Pueblo de Dios requiere que reconozcamos la necesidad de una conversión continua individual y comunitaria […]».

Documento de trabajo para la Etapa Continental (DEC) del Sínodo “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación y misión”. Párrafo 101.

REFLEXIÓN PERSONAL:

Este encuentro de Jesús con la Samaritana puede ayudarnos, en este tiempo de Cuaresma, a acercarnos a Él, a encontrarlo en la oración; a descubrir su rostro en nuestros hermanos y hermanas que sufren. ¿Queremos renovar en nosotros y nosotras la gracia del bautismo? ¿Queremos saciarnos en la fuente de la Palabra de Dios?

CANCIÓN: Dame tu agua viva (Hermana Glenda)

ORACIÓN FINAL:

Ojalá descubramos cada día la alegría de ser instrumentos de paz y reconciliación. Que Dios siga derramando sobre cada uno de nosotros y nosotras el Espíritu Santo y nos siga bendiciendo con su amor y fuerza. Que el manantial de agua viva que emana de nuestro Dios siga calmando cada día nuestra sed de amor y entrega para hacer de este mundo un lugar más justo para todos y todas.

Amén.

Entrada anterior
Oración decimoctavo día de Cuaresma
Entrada siguiente
Oración vigésimo día de Cuaresma