Oración del Miércoles de Ceniza

Hoy es 22 de febrero, Miércoles de Ceniza. Bienvenidos al tiempo de Cuaresma, pórtico de la Pascua. Hoy la Palabra de Dios nos presenta las tres prácticas tradicionales para vivir este tiempo de gracia: la limosna, oración y ayuno. Cuidar nuestra relación con Dios con la vida de oración, cuidar a los hermanos compartiendo lo que somos y tenemos, y cuidarnos a nosotros ayunando de lo que nos aleja de Dios y de los hermanos, son los medios que la Palabra nos propone para hacer este camino hacia la Pascua del Señor.

EVANGELIO DEL DÍA: Mt 6,1-6.16-18

«En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO:

«La vida sinodal de la Iglesia se ofrece, en particular, como diaconía en la promoción de una vida social, económica y política de los pueblos bajo el signo de la justicia, la solidaridad y la paz. «Dios, en Cristo, no redime solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los hombres». La práctica del diálogo y la búsqueda de soluciones compartidas y eficaces en quien se empeña en construir la paz y la justicia son una absoluta prioridad en una situación de crisis estructural de los procedimientos de participación democrática y de desconfianza en sus principios y valores inspirativos, por el peligro de que se deriven en autoritarismo y tecnocracia. En este contexto, hay un compromiso prioritario y un criterio en cada acción social del Pueblo de Dios: es el imperativo de “escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, reclamando con urgencia, en la determinación de las opciones y proyectos de la sociedad, el puesto y el rol privilegiado de los pobres, la destinación universal de los bienes, el primado de la solidaridad, el cuidado de la casa común».

La sinodalidad en la vida y misión de la Iglesia, nº 119

REFLEXIÓN PERSONAL:

En esta Cuaresma Jesús nos invita a vivir la limosna, la oración y el ayuno, como camino de crecimiento, como programa cuaresmal. A cada una de estas prácticas Jesús le agrega una coletilla a tener en cuenta. La limosna, que sea sin bombo y platillo; la oración sin exhibicionismo; el ayuno sin aspavientos. Con otras palabras, que en todo nos movamos con sencillez, con transparencia, con autenticidad, sin apariencias.

Hoy, un poco de ceniza se hace pregunta, te interroga y te invita a reflexionar en la verdad que eres. Hoy un poco de ceniza, al inicio de la Cuaresma, te grita desde lo profundo: ábrete a lo esencial, ábrete a las preguntas que no pasan, ábrete a la misericordia, ábrete a los caminos nuevos, ábrete a la Palabra de Dios,… ¿A dónde vas? ¿A dónde te encaminas, hombre? ¿Y si tuvieras que torcer el camino y emprender la ruta que lleva a la libertad de los hijos de Dios?

CANCIÓN: Muéveme (Ixcís)

ORACIÓN FINAL:

Señor Jesús, nosotros te aclamamos en este día y siempre anhelando tu salvación. Somos polvo y ceniza, somos amados por ti, somos el gozo de vivir en ti. Haz que nos convirtamos mirándote a ti y amando entrañablemente a todos nuestros hermanos.
Ahora que es tiempo de salvación transforma nuestras mentes, llega a lo más profundo de los corazones y hazlos buenos de verdad. Señor Jesús, haznos reconciliados y reconciliadores, caminantes hacia ti, estrechando las manos de nuestros enemigos. Danos sed del Padre, ese Padre que ve en lo escondido, al que no le gustan las “máscaras” y quiere transparencia y amor. Amén.

Entrada anterior
Oración San Francisco Javier (03/12/2022)
Entrada siguiente
Oración segundo día de Cuaresma