Oración tercer día de Cuaresma

Hoy es 4 de marzo, tercer día de Cuaresma. Hago silencio en mi interior, me relajo sintiendo a Jesús a mi lado y desde esta confianza y seguridad me hago la pregunta: ¿Por qué ayuno?

EVANGELIO DEL DÍA: Mt 9,14-15

«En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:
“¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?”.
Jesús les dijo:
“¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán”».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO VICENCIANO:

«El misionero es una persona de caridad. Para proclamar a todos sus hermanos y hermanas que son amados por Dios y que son capaces de amar, él/ella debe mostrar amor hacia todos, dando su vida por su prójimo. El misionero es el «hermano (hermana) universal», que lleva en sí mismo el espíritu de la Iglesia, su aceptación e interés en todos los pueblos e individuos, especialmente los más pequeños y pobres de sus hermanos. Como tal, él/ella supera las barreras y divisiones de raza, clase social o ideología. Él/ella es un signo del amor de Dios en el mundo- un amor sin exclusión ni parcialidad”».

Discípulos en Misión, Art. 89, Pár.3

REFLEXIÓN PERSONAL:

¿Qué pretende Jesús con esta desconcertante respuesta?
Con Él comienza la boda definitiva de Dios con su Pueblo, representado aquí en sus discípulos. Es tiempo de gozo, y ese es el mensaje fundamental de la Misión: la Alegría del Reino de Dios presente en medio del mundo. No faltarán los momentos de tristeza, de dudas, de incertidumbre e incluso duelo, pero serán vividos desde la Certeza de que serán transformados por la Pasión Salvífica del Hijo. Por ello el misionero es capaz de superar obstáculos, por ello el cristiano ayuna, llegado el momento, porque nuestro ayuno tiene el sentido y la raíz profunda de la Caridad, de la renuncia por amor al otro. No es un acto ritual vacuo, no es un precepto sin espíritu alguno, sino un momento de ALEGRÍA porque en el ayuno nos desapegamos de todo aquello que nos impide llegar a Dios y a los hermanos, por eso Jesús nos invita a poner rostro alegre al ayunar, porque es un acto de liberación y solidaridad.

Hoy especialmente, Jesús nos invita a ayunar de cualquier acto violento hacia el hermano, porque incluso en medio de una guerra tenemos el poder de decidir si ayunar o no de ella.

CANCIÓN: Este es el ayuno (Antonio Alcalde)

ORACIÓN FINAL invitando al compromiso personal con lo meditado (Isaías):

«El ayuno que Dios quiere es este: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo, que proporciones ropas al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes. Entonces brillará tu luz como la aurora y tus heridas sanarán en seguida, tu recto proceder caminará ante ti y te seguirá la gloria del Señor. Entonces invocarás al Señor y Él te responderá; pedirás auxilio y te dirá: “Aquí Estoy”».

Amén.

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