Hoy es 15 de marzo, lunes IV de Cuaresma y el Evangelio nos enseña el poder infinito de Dios que unido al inmenso Amor que nos tiene continuamente nos envía signos que fortalecen nuestra Fe.
EVANGELIO DEL DÍA: Jn 4,43-54
«En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: “Un profeta no es estimado en su propia patria”. Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: “Si no veis signos y prodigios, no creéis”. El funcionario insiste: “Señor, baja antes de que se muera mi niño”. Jesús le contesta: “Anda, tu hijo vive”. El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: “Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre”. El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea».
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
TEXTO ENCÍCLICA:
«No podemos dejar de decir que el deseo y la búsqueda del bien de los demás y de toda la humanidad implican también procurar una maduración de las personas y de las sociedades en los distintos valores morales que lleven a un desarrollo humano integral. En el Nuevo Testamento se menciona un fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22), expresado con la palabra griega agazosúne. Indica el apego a lo bueno, la búsqueda de lo bueno. Más todavía, es procurar lo excelente, lo mejor para los demás: su maduración, su crecimiento en una vida sana, el cultivo de los valores y no sólo el bienestar material. Hay una expresión latina semejante: bene-volentia, que significa la actitud de querer el bien del otro. Es un fuerte deseo del bien, una inclinación hacia todo lo que sea bueno y excelente, que nos mueve a llenar la vida de los demás de cosas bellas, sublimes, edificantes».
Fratelli Tutti, nº 112
REFLEXIÓN PERSONAL:
Cuántas veces acudimos a Dios pidiéndole pequeños o grandes milagros pensando sólo en nosotros mismos. Pero Él sabe lo que nos conviene y sólo nos regala lo que es bueno para cada uno de nosotros y nos complementa con nuestra Comunidad. Y le gusta que se lo hagamos saber, que se lo pidamos con Fe y confianza. Haz un repaso a la última semana, y descubre el milagro que en tu entorno se ha producido. Ese pequeño cambio que ha hecho que aún en medio de la adversidad, tu familia o tu comunidad hayan visto fortalecida su Fe.
CANCIÓN:
ORACIÓN FINAL:
Señor, que vea tu mano en las pequeñas cosas de cada día. Con confianza te pido por mi familia y amigos, bendíceles con tu gracia para que todo lo que hagamos sea para caminar hacia Ti, que todo lo que digamos sea para alimentar las almas con tu Palabra. Amén.