Oración vigésimo séptimo día de Cuaresma

Hoy es 15 de marzo, lunes IV de Cuaresma y el Evangelio nos enseña el poder infinito de Dios que unido al inmenso Amor que nos tiene continuamente nos envía signos que fortalecen nuestra Fe.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 4,43-54

«En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: “Un profeta no es estimado en su propia patria”. Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: “Si no veis signos y prodigios, no creéis”. El funcionario insiste: “Señor, baja antes de que se muera mi niño”. Jesús le contesta: “Anda, tu hijo vive”. El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: “Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre”. El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vive”. Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«No podemos dejar de decir que el deseo y la búsqueda del bien de los demás y de toda la humanidad implican también procurar una maduración de las personas y de las sociedades en los distintos valores morales que lleven a un desarrollo humano integral. En el Nuevo Testamento se menciona un fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22), expresado con la palabra griega agazosúne. Indica el apego a lo bueno, la búsqueda de lo bueno. Más todavía, es procurar lo excelente, lo mejor para los demás: su maduración, su crecimiento en una vida sana, el cultivo de los valores y no sólo el bienestar material. Hay una expresión latina semejante: bene-volentia, que significa la actitud de querer el bien del otro. Es un fuerte deseo del bien, una inclinación hacia todo lo que sea bueno y excelente, que nos mueve a llenar la vida de los demás de cosas bellas, sublimes, edificantes».

Fratelli Tutti, nº 112

REFLEXIÓN PERSONAL:

Cuántas veces acudimos a Dios pidiéndole pequeños o grandes milagros pensando sólo en nosotros mismos. Pero Él sabe lo que nos conviene y sólo nos regala lo que es bueno para cada uno de nosotros y nos complementa con nuestra Comunidad. Y le gusta que se lo hagamos saber, que se lo pidamos con Fe y confianza. Haz un repaso a la última semana, y descubre el milagro que en tu entorno se ha producido. Ese pequeño cambio que ha hecho que aún en medio de la adversidad, tu familia o tu comunidad hayan visto fortalecida su Fe.

CANCIÓN:

“Tu mejor soldado” (Rubén de Lis)

ORACIÓN FINAL:

Señor, que vea tu mano en las pequeñas cosas de cada día. Con confianza te pido por mi familia y amigos, bendíceles con tu gracia para que todo lo que hagamos sea para caminar hacia Ti, que todo lo que digamos sea para alimentar las almas con tu Palabra. Amén.

Entrada anterior
Oración vigésimo sexto día de Cuaresma
Entrada siguiente
Oración vigésimo octavo día de Cuaresma