Oración trigésimo tercer día de Cuaresma

Hoy es 21 de marzo, V Domingo de Cuaresma, falta poco para llegar a Jerusalén. Trata de buscar un rato para celebrar en comunidad la Eucaristía, hoy es el día del Señor, te hará bien.
Desde nuestra pequeñez, te pedimos que envíes tu Espíritu con abundancia, para que sepamos escuchar tu voz. Haz que de esta escucha atenta y comprometida, sepamos hacer germinar en nosotros una nueva esperanza para seguirte con total disponibilidad, aún en los momentos difíciles y oscuros.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 12,20-33

«En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre”. Entonces vino una voz del cielo: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”. La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: “Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí”. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«A pesar de estas sombras densas que no conviene ignorar… Dios sigue derramando en la humanidad semillas de bien. La reciente pandemia nos permitió rescatar y valorizar a tantos compañeros y compañeras de viaje que, en el miedo, reaccionaron donando la propia vida. Fuimos capaces de reconocer cómo nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes que, sin lugar a dudas, escribieron los acontecimientos decisivos de nuestra historia compartida: médicos, enfermeros y enfermeras, farmacéuticos, empleados de los supermercados, personal de limpieza, cuidadores, transportistas, hombres y mujeres que trabajan para proporcionar servicios esenciales y seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas… comprendieron que nadie se salva solo».

Fratelli Tutti, nº 54

REFLEXIÓN PERSONAL:

«Si el grano de trigo no cae en tierra…» Y cuando cae, el proceso es silencioso, discreto… pero definitivo.
La fama, la bulla, no tiene que ver con este «caer en tierra». Bien lo sabemos. El dar la vida no es a cambio de un aplauso, un reconocimiento social, un premio… quizá pueda ser en un acto heroico, pero también hay casos, la mayoría, en los que la vida se da cada día, en lo cotidiano, en lo cercano, en los ambientes propios…
«Dios sigue derramando semillas de bien», gracias, gracias, gracias.
A más dolor, muerte, sufrimiento, más Bien, Amor, Ternura. Es la locura de Dios, que pone patas arriba el apego a la propia vida, y la sabiduría humana para que florezca la conciencia de que nadie se salva solo.

CANCIÓN:

“El grano de trigo” (Salomé Arricibita)

ORACIÓN FINAL:

Apártanos de los caminos fáciles de la popularidad, de la gloria a poco precio, y llévanos por los caminos de los pobres. Danos ojos para ver los senderos posibles de la justicia y la solidaridad; oídos para escuchar las peticiones de tantos que buscan a tientas; enriquécenos de fidelidad, de delicadeza y de comprensión para ser compañeros de camino y testimonios verdaderos y sinceros de tu Bondad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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