Hoy es martes 12 de marzo de la primera semana de Cuaresma. En cada día de nuestra Vida Dios nos invita a volver con Él dirigiendo continuamente nuestra mente y corazón a su Voluntad, que es la plenitud del Reino de Salvación y Liberación para cada persona de la Humanidad, y ello precisa abandonar los antivalores que atraen a nuestro egoísmo apartándonos de Su Camino de Vida. Por ello cada día oramos con las Palabras que Jesús nos enseñó, la oración por excelencia…
Mt 6, 7-15
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo. Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”.
Palabra de Dios
TEXTO VICENCIANO
Debemos moldearlos para la santidad: “Para Informar, ciertamente […] cuántos cristianos hemos traído de nuevo al redil […] Todos ellos poseen Fe, pero una Fe que es tibia; todavía practican su religión, pero con frecuencia sin entenderla. Debemos introducir la luz dentro de esta semi-oscuridad, calentar este frío; edificación más que conversión, es la necesidad primordial. No hay necesidad de católicos entre nosotros. Debemos moldearlo para la santidad”. (Federico Ozanam, “Informe al Consejo General de la Sociedad de San Vicente De Paúl”, desde Lyon).
REFLEXIÓN PERSONAL
El Padre Nuestro, resume toda la enseñanza de Jesús en siete preces dirigidas al Padre. En ellas retoma las promesas del Antiguo Testamento pidiendo al Padre que Le ayude a realizarlas…
Las tres primeras hablan de nuestra relación con Dios: expresan la intimidad con Dios y manifiestan la nueva relación con Él, que debe caracterizar la vida de la gente en las comunidades cristianas; Unión al Padre, a los hermanos y a la naturaleza. Esta familiaridad no es intimista: expresa la conciencia de pertenecer a la Gran Familia Humana, de la que participan personas de toda raza, credo y condición.
En las cuatro peticiones de la segunda parte del Padre Nuestro pedimos por la causa de los hermanos y nuestra relación con ellos: Pan, Perdón, Victoria, Libertad; o sea, que sea restaurada y renovada la relación entre las personas, porque muestran cómo deben ser transformadas las estructuras de la comunidad y de la sociedad para que todos los hijos de Dios vivamos con igual dignidad.
Éste es el sentido también del texto de Ozanam: la religión que al intimar con Dios nos ponga en sintonía con los gritos de la humanidad sufriente; eso es buscar el Reino, eso es entender, edificar y moldear nuestra Fe, lo que conduce a la Santidad: Vivir a Dios como Padre y descubrirnos como Hermanos en él. ¿Rezo, así, el Padre Nuestro, poniendo toda tu vida y tu compromiso en él?.
CANCIÓN
ORACIÓN FINAL
Gracias, Señor, por enseñarnos a orar con esta insuperable plegaria agradable a Nuestro Padre, que nos hermana Contigo en Él. Fraternidad que quieres subrayar con el único comentario que haces a dicha oración: perdonarnos como Él lo hace con nosotros; sin reconciliación no hay Amor y consecuentemente tampoco Vida Cristiana. Que venga sobre nuestras Vidas tu Reino y que se haga en nosotros tu Voluntad. Amén.