Hoy es viernes 22 de marzo, trigésimo octavo día de Cuaresma.
Dediquemos un tiempo de nuestro día para meditar , orar y encontrarnos con el Padre que viene a mostrarnos que su voluntad es hacer vida aquello en lo que decimos creer. Pongámonos en su presencia .
Evangelio del día: Jn 10,31-42
En aquel tiempo, los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?». Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios». Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: ‘Yo he dicho: dioses sois’? Si llama dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de Dios —y no puede fallar la Escritura— a aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que blasfema por haber dicho: ‘Yo soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero si las hago, aunque a mí no me creáis, creed por las obras, y así sabréis y conoceréis que el Padre está en mí y yo en el Padre». Querían de nuevo prenderle, pero se les escapó de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había estado antes bautizando, y se quedó allí. Muchos fueron donde Él y decían: «Juan no realizó ninguna señal, pero todo lo que dijo Juan de éste, era verdad». Y muchos allí creyeron en Él.
¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
Enseñanzas de San Vicente de Paúl
… Para ello hemos de ser nosotros los primeros que nos llenemos de ella, pues sería casi inútil darles la instrucción y no el ejemplo. Hemos de ser embalses llenos de virtud para hacer que se derrame nuestra agua sin agotarnos jamás, poseyendo ese espíritu que queremos que anime a los demás; pues nadie puede dar lo que no tiene. Pidámoselo, pues, a Nuestro Señor y entreguémonos a él para esforzarnos en conformar nuestra conducta y nuestras acciones con las suyas; …
SVP IV 555
Para la reflexión personal
El evangelista San Juan y San Vicente de Paúl nos recuerdan la importancia de ser coherente en nuestras vidas con aquello en lo que decimos creer. Las palabras están vacías si no van acompañadas de obras. Nuestro bendito mundo está cansado de oir palabrerías por parte de muchas personas que sólo se quedan en eso, no se hacen vida, no se traducen en hechos. Debemos de llenarnos del Espíritu de Dios para poder darlo a los demás, debemos esforzarnos en hacerlo presente en lo cotidiano, en nuestras tareas diarias, sólo así podrán descubrir que Dios está en nosotros y nosotras. Pidamos al Padre que en esta Cuaresma sepamos llenarnos de todo lo bueno que viene de él.
Canción: El alma del cantor (Brotes de olivo)
Oración final
Padre derrama sobre tus hijos e hijas tu Espíritu de sabiduría, de fuerza y de alegría para que nuestras palabras, gestos , miradas y obras hablen de ti.
Amén.