Oración octavo día de Cuaresma 2024

Hoy es miércoles 21 de febrero, octavo día de Cuaresma.

El evangelio de hoy nos presenta una acusación muy fuerte de Jesús contra los fariseos y los escribas. Ellos querían que Jesús diera una señal, pues no creían en las señales y en los milagros que estaba haciendo.

Estamos en un tiempo para cambiar el corazón, recorrer caminos nuevos, sustituir la violencia por la paz y el diálogo, dentro y fuera de casa; ser más creativo en gestos a favor de los demás. 

Evangelio del día: Lc 11,29-32

En aquel tiempo, habiéndose reunido la gente, Jesús comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con los hombres de esta generación y los condenará: porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás».

¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

Enseñanzas de San Vicente de Paúl

 ¿Qué medio hay para desempeñar debidamente este cargo de llevar las almas a Dios, de oponerse al torrente de vicios de un pueblo o a los defectos de un seminario, de inspirar los sentimientos de virtud cristiana y eclesiástica a los que la Providencia ponga en sus manos para que contribuya a su salvación o perfección? Ciertamente, padre, en todo esto no hay nada humano: no es obra de un hombre, sino obra de Dio

SVP XI, 236

Para la reflexión personal

¿Qué más señales hacen falta para creer que Jesucristo viene a inaugurar el Reino de Dios? 

Los más cercanos a Jesús eran los más incrédulos. Por eso, él pone como ejemplo a los extranjeros y extranjeras que, desde su lugar, se acercaron y creyeron. Esas personas a las que a veces calificamos de “alejadas” en muchas ocasiones saben descubrir a Dios sin pedir señales extraordinarias.

¿Somos capaces de reconocer la presencia, la llamada y acción de Dios en los acontecimientos cotidianos?

Canción: Más allá de mi (Salomé Arricibita)

Oración final

Me siento dividido, Señor, con tu invitación.

Me agrada que creas que puedo cambiar…

pero me asusta tener que reconocer mis errores.

Me agrada que me desees una vida mejor,

pero me siento atado a tantos hábitos

ya enraizados en mí.

Ayúdame a decir “si”

a tu llamada a la conversión.

Amén.

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