Hoy es viernes día 17 de marzo, viernes de la tercera semana de Cuaresma. Sereno mi corazón, atiendo a mi respiración, lentamente. Me dispongo a aprender lo que verdaderamente significa Amar de verdad.
EVANGELIO DEL DÍA: Mc 12,28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
TEXTO:
La palabra «hermano» pasa a convertirse en designación de los cristianos; por lo demás, en correlación íntima con su definición última, pues no es posible confesar a Dios como Abba, Padre/Madre, sin reconocer a los demás como hermanos y hermanas. Aunque el hermano preferido en el cristianismo han de ser los más pequeños, los pobres y los excluidos.
Juan Pablo García Maestro. Los laicos en una Iglesia sinodal, pág. 117.
REFLEXIÓN PERSONAL:
Hacer de nuestra Vida, de nuestro Ser, un Acto Continuo de Amor en todas sus dimensiones, es cumplir la Voluntad del Padre/Madre Bueno; es Estar en el Reino de Dios, que Jesús vino a instaurar: ésto vale más que cualquier otra cosa; y ante esto, ya no hay dudas, sobran las preguntas. Porque el mismo Amor a Dios se traduce en amarle en el Hermano, y en amarle dentro de mi Propio Ser. Esa es la Fraternidad que Dios desea, el Pueblo de Dios renovado en el Amor, la Comunión Fraterna, que tiene que comenzar por los sufrientes y empobrecidos, favoritos de Dios, y con quienes Jesús, Hermano Mayor, compartió Vida y Misión… Y a ello nos sigue invitando, llamando, urgiendo…
CANCIÓN: Paz Armada (Cristóbal Fones, sj)
ORACIÓN FINAL (Ángela Figueira Aymerich):
Si el amor nos hiciera poner hombro con hombro, fatiga con fatiga y lágrima con lágrima. Si nos hiciéramos unos. Unos con otros. Unos junto a otros. Por encima del oro y de la nieve, aún más allá del oro y de la espada. Si hiciéramos un bloque sin fisura con los seis mil millones de rojos corazones que nos laten… ¡qué hermosa arquitectura se alzaría del lodo!
Amén.