Oración cuarto día de Cuaresma

Hoy es 25 de febrero, sábado de la primera semana de cuaresma. Respiro con serenidad, me dejo hacer. Dispongo mi corazón para este encuentro con Dios tan valioso porque se traduce en el encuentro con mis hermanos. Escucho desde el corazón la Palabra.

EVANGELIO DEL DÍA: Lc 5,27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Y murmuraban los fariseos y sus escribas diciendo a los discípulos de Jesús:
«¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?».
Jesús les respondió:

«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO VICENCIANO:

Recibimos en el Bautismo el mismo Espíritu que movió a Jesús a darse a los pobres y dar su vida por los pecadores. Y quiere que así sea también para todos los bautizados.

Juan Pablo García Maestro. Los laicos en una iglesia sinodal

REFLEXIÓN PERSONAL:

El Espíritu de Jesús no cesa en su búsqueda de personas que quieran convertirse, dejar una vida que lastra, enferma y esclaviza, y optar por la Vida Nueva del Reino en un continuo compartir fraternal que continúe la misión liberadora del Ser Humano que Jesús hizo de su Vida: comer, beber, vivir, sanar, salvar, liberar, amar a la Humanidad Sufriente… Siempre es tiempo para convertirse a ese Proyecto de Vida de Jesús… ¿Lo deseo para mi Vida?

CANCIÓN: Al final de este viaje en la vida (Silvio Rodríguez)

ORACIÓN FINAL (Óscar Cala, sj):

Sin imponer, sin juzgar. Sin segundas intenciones. Así te acercas, Jesús, al que más lo necesita. Y a mí también. Sin prisas, sin contradicciones, sin exigencias, Así perdonas, Jesús, curas, sanas. ¿Me lo creeré alguna vez? ¿Aprenderé tu modo? De acercarme, de dejar espacio, de curar, de perdonar, de sanar.

Amén.

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