Hoy es jueves 7 de abril, trigésimo séptimo día de Cuaresma y ya casi en puertas del Triduo Pascual, Dios se nos vuelve a revelar, nos vuelve a mostrar la grandeza de su existencia en la pequeñez de nuestras vidas.
EVANGELIO DEL DÍA: Jn 8,51-59
«En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
“En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre”.
Los judíos le dijeron:
“Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: ‘Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre’? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?”.
Jesús contestó:
“Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: ‘es nuestro Dios’, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera ‘no lo conozco’ sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría”.
Los judíos le dijeron:
“No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?”.
Jesús les dijo:
“En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy”.
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo».
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
TEXTO VICENCIANO:
«Jesucristo es el misionero del Padre, que amó tanto al mundo que envió al Verbo para nuestra salvación. A través del poder del Espíritu Santo, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Jesús vino para redimir al mundo, acoger a la humanidad en la vida de la Trinidad y compartir su misión con nosotros».
Discípulos en Misión. Art. 3.1.
REFLEXIÓN PERSONAL:
Saber cómo Dios nos ama y sentir que forma parte de nuestra vida, es un tesoro. Y cuánta felicidad tiene la persona que sabe que ha encontrado un tesoro y lo puede disfrutar; pues así es la vida vivida y confiada en Dios. Nosotros hemos encontrado el tesoro de nuestras vidas, a ese Dios que nos ama infinitamente y que nos lo recuerda cada día, si así lo vemos.
CANCIÓN: Soy yo el que vive en ti (Almudena)
ORACIÓN FINAL:
Señor derrama tu gracia sobre nosotros, para saber que eres tú,
que tú habitas cada segundo de nuestra vida, dando sentido a todo
Envuélvenos con tu misterio de Amor, que salva y sana un mundo herido por las guerras.
Amén.