Jueves Santo

Imposible callar…

Hoy no es un día cualquiera, cada día es regalo y Don de Dios,  pero hoy especialmente es un día inédito, genuino e imposible de pasar por alto. ¿Cómo podemos pasar por alto el AMOR con mayúsculas? Un AMOR que se da, se transforma, se entrega, se regala… como permanecer ajenos al AMOR de Dios.

Hoy la Iglesia nos invita a viajar en el tiempo, a recordar el primer AMOR, a revivirlo, dejarnos sentir, saborear, impregnarnos y ponernos en su presencia en el Nombre del Padre… del Hijo… y del Espíritu Santo.

Hoy es Jueves Santo, día del AMOR FRATERNO, de la Institución de la Eucaristía, del Amor hecho SERVICIO, del que quiera ser el primero que sea el último, que lave los pies a sus hermanos y se haga siervo por AMOR.

«Y yo hoy no puedo callar, me siento llamado a ser voz de ese AMOR, dar testimonio, he sido testigo, al igual que lo fueron los discípulos, y lo mejor de todo, es que puedo decir que soy testigo cada día, a cada rato, en cada rincón, de todo tu AMOR.

Cuanto de ese AMOR derramaste por mí…
¿Acaso no fueron tus milagros una declaración de AMOR?
¿Acaso no lavaste los pies para mostrarnos el camino del servicio?
¿Acaso no cenaste por última vez con tus amigos aún sabiendo que uno de ellos te iba a traicionar?
¿Acaso no te quisiste quedar con nosotros al partir el pan?
¿Acaso no perdonaste aún en tus últimos segundos de vida terrenal?
¿Acaso no lo hiciste para demostrarme cuanto me amas?

Siento tu Amor, Padre, lo siento cuando abro los ojos al amanecer, cuando puedo sentir que el aire llena mis pulmones y me siento vivo.
Siento tu Amor, Padre, lo siento cuando puedo mirar a los ojos y sentir la grandeza de la humanidad, cuando siento que cada segundo tú despliegas el universo ante mí, cuando puedo tocar la mano del otro y sentir la fraternidad.
Siento tu Amor, Padre, cuando mi corazón se encoge en el sufrimiento y sé que tú estás conmigo apretando mi mano y llevándome en volandas si hiciera falta.
Siento tu Amor, Padre, cuando al servir, creyendo que sirvo, salgo servido, amado y testigo de ti.

Padre me pongo en tus manos, quiero que mi confianza sea plena, que al igual que tú en el Monte de los Olivos, pueda  decir que abandono mi vida en tus manos, convencido de tu amor».

Testimonio de quien se sabe amado
Mi cuerpo es comida – Jesuitas

Tiempo de reflexión

Hoy solo tenemos una invitación, celebrar ese AMOR  y dejar que Dios Padre bueno inspire su forma, su momento, su tiempo…

El AMOR no se gasta, cuanto más se da, más se reparte, se multiplica, se hace presente en todos los rincones y lugares.

Oración final

Dios padre bueno, derrama tu AMOR cada día sobre tus hijos para sentir que todos somos hermanos porque tú eres nuestro Padre.
Hoy Jueves Santo que recordamos tus últimas enseñanzas haznos vivir en fraternidad y Amor, que el dolor que habita la tierra no nos sea indiferente y podamos ser signo de Esperanza y Justicia para la Humanidad.
Amén.

Imposible callar tanto amor

Entrada anterior
Oración del Domingo de Ramos
Entrada siguiente
Viernes Santo