Oración trigésimo segundo día de Cuaresma

Hoy es 20 de marzo, sábado de la IV semana de Cuaresma y celebramos la festividad de san Martín de Dumio, obispo, teólogo y escritor eclesiástico, llamado «Apóstol de los suevos» (s.VI) por la conversión al catolicismo, abandonando la herejía arriana. Que nosotros sepamos ser fervientes «apóstoles», como san Martín de Dumio, convirtiendo al catolicismo a todos aquellos que aún no conocen la «Verdad».

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 7,40-53

«En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: “Este es de verdad el profeta”. Otros decían: “Este es el Mesías”. Pero otros decían: “¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?”. Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y estos les dijeron: “¿Por qué no lo habéis traído?”. Los guardias respondieron: “Jamás ha hablado nadie como ese hombre”. Los fariseos les replicaron: “¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos”. Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: “¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?”. Ellos le replicaron: “¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas”. Y se volvieron cada uno a su casa».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte».

Fratelli Tutti, nº 15

REFLEXIÓN PERSONAL:

De los posibles paralelismos entre los dos textos, que acabamos de leer, nos podemos centrar en la importancia que tiene el seguir los preceptos del Señor pues de esta manera estaremos libres de juzgar, de sembrar la desesperanza, de suscitar la desconfianza y la discordia.
«Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni en el camino de pecadores se detiene, ni en la sesión de los cínicos se sienta, sino que su gozo es la ley del Señor y la medita día y noche» (Sal 1,1).
Es importante escuchar y averiguar el mensaje de Jesús, al igual que lo hizo Nicodemo o los guardias, pues «jamás nadie ha hablado como Él». La escucha y el conocimiento del mensaje hacen florecer la Fe, la misma que tuvo Abraham, llamado «Padre de la Fe» o la que tuvieron san José o la virgen María al oír el mensaje del ángel.
Es necesario no perder la Esperanza ante las dificultades de la vida, «estando siempre alegres, orando y dando gracias a Dios» (Tes 5,16), pues es la mejor forma de construir una sociedad fraterna, esperanzada y confiada en los preceptos del Señor:
«El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor» (Sal 33,20).
Y por último, como vimos en la oración de ayer, es importante no olvidar el mandamiento único del amor, un amor silencioso y servicial como el de san José; un amor incondicional, humilde y sincero como el de María, referentes para los progenitores de toda familia.
Estas tres virtudes (Fe, Esperanza y Caridad), inculcadas desde la familia, serán los pilares que permitan construir el Reino de Dios en medio de una sociedad cada vez más deshumanizada, exasperada y polarizada.

CANCIÓN:

“Adéntrate” (Ruah)

ORACIÓN FINAL:

Señor, ayúdanos a escuchar el sonido que haces nacer en nuestros corazones y así abrir caminos de agua viva, caminos de amor y de esperanza que permitan construir un mundo más fraterno, un mundo a imagen y semejanza tuya. Te lo pedimos ti, que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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