Oración trigésimo octavo día de Cuaresma

Hoy es 26 de marzo, quinto viernes de Cuaresma. Jesús nos trae a Dios, nos lleva a Dios, con él toda nuestra vida se transforma, se renueva y nosotros podemos ver la realidad con ojos nuevos. Jesús nos llama dioses capaces de recibir la Palabra y transformarla en actos de misericordia.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 10,31-42

«En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Elles replicó: “Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?”. Los judíos le contestaron: “No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios”. Jesús les replicó: “¿No está escrito en vuestra ley: ‘Yo os digo: sois dioses’? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: ‘¡Blasfemas!’ Porque he dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre”. Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: “Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad”. Y muchos creyeron en él allí».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«Las personas pueden desarrollar algunas actitudes que presentan como valores morales: fortaleza, sobriedad, laboriosidad y otras virtudes. Pero para orientar adecuadamente los actos de las distintas virtudes morales, es necesario considerar también en qué medida estos realizan un dinamismo de apertura y unión hacia otras personas. Ese dinamismo es la caridad que Dios infunde. De otro modo, quizás tendremos sólo apariencia de virtudes, que serán incapaces de construir la vida en común. Por ello decía santo Tomás de Aquino (citando a san Agustín) que la templanza de una persona avara ni siquiera es virtuosa.69 San Buenaventura, con otras palabras, explicaba que las otras virtudes, sin la caridad, estrictamente no cumplen los mandamientos “como Dios los entiende”».

Fratelli Tutti, nº 91

REFLEXIÓN PERSONAL:

De Dios provienen todas las cosas, nosotros solo somos una simple herramienta en sus manos. La humildad nos ayuda a no llenarnos de soberbia, que es creer que todo lo hacemos por nuestras propias fuerzas. Con la humildad dejamos que Dios actué en nosotros y que haga el bien al hombre por nuestro medio. Esta misión ya la ha puesto Dios en nuestras manos antes de nacer, y nos da su fuerza para que la llevemos a cabo (cf. Jer 1,1-10).
La confianza humana de Jesús en sus predicaciones es la certeza de predicar y vivir lo que su Padre le enseña. El amor a Dios y al prójimo, y por este motivo buscan apedrearle y después crucificarle. De nada sirve el testimonio de un ciego o un paralítico recién curado, o la resurrección de Lázaro… no ven la caridad sus obras que provienen del Padre, sólo la amenaza de su Ley. ¿Por qué no fueron atraídos por el Padre? Sucede esto porque su corazón estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios, y así la Fe no entra, somos nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos. Con corazón abierto, sin prejuicios, reconocemos en su rostro el rostro de Dios, porque el Espíritu Santo nos ha hecho entrar en la relación de amor y de vida que hay entre Jesús y Dios Padre y ahí nosotros recibimos el don, el regalo de la fe.

CANCIÓN:

“La primera piedra” (Salome Arribicita)

ORACIÓN FINAL:

Mis miedos y sombras son piedras,
mis mentiras y egoísmos son piedras,
mi ruindad y desprecio son piedras…
y cuando no veo a mi prójimo que en Ti se refleja
…me convierto en ellas.

Que no me crean a mí Señor,
sino a las obras que por ti hago
que reflejen la caridad y el amor
del Padre que te ha enviado. Amén.

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