Oración tercer día de Cuaresma

Hoy es 19 de febrero, viernes después de ceniza. Recién iniciada la Cuaresma, en nuestra oración la Palabra de Jesús, y Francisco nos proponen el enfoque de la Alegría y el Amor en nuestros actos vitales hacia Dios, hacia los hermanos y hacia nosotros mismos: ¿qué sentido tendrían, sino, los propuestas a la que la Iglesia nos invita en estos días de preparación a la Pascua, Celebración del Mayor Amor.

EVANGELIO DEL DÍA: Mt 9,14-15

«En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?. Jesús les dijo: ¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«[…] El más noble sentido social hoy fácilmente queda anulado detrás de intimismos egoístas con apariencia de relaciones intensas. En cambio, el amor que es auténtico, que ayuda a crecer, y las formas más nobles de la amistad, residen en corazones que se dejan completar. La pareja y el amigo son para abrir el corazón en círculos, para volvernos capaces de salir de nosotros mismos hasta acoger a todos. Los grupos cerrados y las parejas autorreferenciales, que se constituyen en un “nosotros” contra todo el mundo, suelen ser formas idealizadas de egoísmo y de mera autopreservación».

Fratelli Tutti, nº 89

REFLEXIÓN PERSONAL:

Jesús nos trae una nueva realidad y el comportamiento de sus discípulos resulta escandaloso para los otros. Para Jesús, el ayuno que practicaban sus contemporáneos era una tradición que pertenecía al ámbito de «lo viejo»: no encajaba en la novedad del Reino; las prácticas pietistas individuales (que prescinden de cualquier dimensión fraternal, relacional con el hermano, y solo revierten egoístamente en uno mismo) son un «parche», y el Reino de Dios no se sostiene con «parches» porque requiere conversión total del corazón hacia el Amor, a Dios y los Hermanos: Jesús deseaba celebrar y socializar con todos, especialmente los marginados, los pródigos y los pecadores, y así decirles que, con Él, había verdaderamente llegado el tiempo feliz de la salvación. Él es el Hombre Nuevo que renueva todo lo caduco e insolidario que se ha ido pegando a la humanidad a lo largo de los siglos. Nuestra Cuaresma tiene que ayudar a crecer a los demás, y así creceremos también nosotros, en mutua acogida que nos completa a todos.

CANCIÓN:

“Jesús ayuna en mí” (Elizabeth Orozco)

ORACIÓN FINAL:

Señor, usas esa hermosa imagen para el tiempo que vivimos Contigo: un período de luna de miel, una semana en que el novio y la novia disfrutan de la dicha de un nuevo amor. Estar Contigo es saber que el mundo es joven y lleno de esperanza, al tiempo que descubrimos que la alegría de la luna de miel no dura siempre: experimentamos el dolor, como Tú, al avanzar en la misión y nos frustramos, a veces, al ver que dicha misión Dios no se completa en este mundo. Ayúdanos a vivir con Paz y en Esperanza, esos momentos de Ayuno, de dolor, de Pasión, para que no queden en una vivencia intimista y den frutos de Solidaridad y Fraternidad, de entrega de la Vida, como Tú supiste hacer para Dios y la Humanidad.

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