Oración del vigésimo sexto día de Cuaresma

Hoy es 22 de marzo, domingo de la IV Semana de Cuaresma y día del Seminario. El evangelio de hoy nos invita a abrir los ojos, confiar y realizar un acto de fe. Proclamar con valentía: “Creo, Señor”. Hoy también se celebra el día del Seminario y nos unimos en oración a toda la iglesia diocesana, para pedir al Señor que seamos Luz para el mundo.

EVANGELIO DEL DIA: Juan 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38. 41

“Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento y sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿quién pecó, éste o sus padres para que fuera ciego?

Jesús contestó: Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten las obras de Dios. Mientras es de día, tenemos que hacer las obras del que me ha enviado; viene la noche, y nadie podrá hacerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.

Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego y le dijo: Vete, lávate en la piscina de Siloé (que quiere decir “Enviado”).

Él fue, se lavó y volvió ya viendo. Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: ¿No es éste el que se sentaba para mendigar? Unos decían: Es él. No- decían otros- sino que es uno que se le parece. Pero él decía: Soy yo.

Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego. Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. Él les dijo: Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo. Algunos fariseos decían: Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado. Otros decían: Pero ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales? Y había disensión entre ellos.

Entonces le dicen otra vez al ciego: ¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos? Él respondió: Que es un profeta. Ellos le respondieron: Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros? Y le echaron fuera.

 Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: ¿Tú crees en el Hijo del hombre?

El respondió: ¿Y quién es, Señor, para que crea en él?

Jesús le dijo: Le has visto. El que está hablando contigo, ése es.

El entonces dijo: Creo, Señor.

Y se postró ante él”.

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!.

TEXTO VICENCIANO: “El embellecimiento mediante las virtudes” (Sta. Luisa de Marillac E.40. 125)

“No basta con tener el entendimiento iluminado con el conocimiento de nuestros defectos; es preciso, además, tener la voluntad caldeada para digerirlos: lo uno sirve para limpiar la conciencia (disponiéndola) para el nacimiento en nosotros de nuestro Jesús; lo otro, para adornarla y embellecerla para esa misma recepción.
La limpieza se hace mediante la confesión íntegra de nuestros pecados y el embellecimiento mediante el ejercicio de las virtudes y principalmente de la oración, el ayuno y la limosna, que en cierto modo sirven a las personas del mundo como los tres votos de religión, a saber: la limosna en lugar de la pobreza; el ayuno, de la castidad, y la oración, de la obediencia”.

REFLEXIÓN PERSONAL:Como reflexiona Santa Luisa en su escrito, la confesión y el reconocimiento de nuestros pecados ilumina nuestra realidad y entendimiento. Además, el ejercicio de las virtudes en esta cuaresma: oración, ayuno y limosna; nos dispone para profesar la fe y afirmar: CREO, SEÑOR.
Socialmente, el ciego de nacimiento estaba marcado por el pecado, suyo o el trasmitido por su antecesores. La fe en Cristo, luz del mundo, ilumina y transforma la realidad.
El ciego es ungido y transformado por la acción liberadora de Cristo. Opta libremente por la luz y profesa su FE. Pasa de las tinieblas a la luz, de la esclavitud social por el pecado a la redención y liberación.

ORACIÓN FINAL:
Señor, Jesús:
Ilumina nuestro entendimiento para comprender tu plan redentor.
Ilumina nuestro corazón para amar nuestra fragilidad y pecado.
Ilumina nuestra palabra para proclamar tu fe.
Amén

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