Hoy es 18 Marzo 2020, Miércoles III de cuaresma. En el Evangelio de hoy Jesús nos dice que no vino a abolir la ley de Dios sino a darle cumplimiento. Eso nos recuerda que todo bautizado está llamado a ser testigo y apóstol de Jesús. Tomo conciencia de lo que esto significa y me dispongo a escuchar tu Palabra, Señor.
EVANGELIO DEL DIA: Mateo 5, 17-19
“No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una “i” o una tilde de la Ley sin que todo suceda.
Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos”.
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!.
TEXTO VICENCIANO: “Somos escogidos Por Dios” (S.V.P. XI, 553)
«Somos escogidos por Dios como instrumentos de su caridad inmensa y paternal, que ha de reinar y ensancharse en las almas. ¡Si supiéramos lo que es esta entrega tan santa! ¡Jamás lo comprenderemos bien en esta vida, pues si lo comprendiéramos, obraríamos de una manera muy distinta, al menos yo, miserable de mí! Por tanto, nuestra vocación consiste en ir, no a una parroquia, ni a una sola diócesis, sino por toda la tierra. ¿Para qué? Para abrasar los corazones de todos los hombres, hacer lo que hizo el Hijo de Dios, que vino a traer fuego a la tierra para inflamarla de su amor. ¿Qué otra cosa hemos de desear, sino que arda y lo consuma todo? Mis queridos hermanos, pensemos un poco en ello, si os parece. Es cierto que yo he sido enviado no sólo para amar a Dios, sino para hacerlo amar. No me basta con amar a Dios, si no lo ama mi prójimo”
REFLEXIÓN PERSONAL:Jesús no vino a abolir la Ley sino a darle cumplimiento. Y también vino para enseñar a cumplirlos. Si nos damos cuenta, en estos días de Cuaresma, si la vivimos bien, nos ayuda crecer en el amor a Dios y en el amor al Prójimo. Si somos capaces de amar como Jesús lo hizo, dando ejemplo, con obras, amando y perdonando de verdad y somos testimonio así del Amor de Dios, entonces seremos grandes en el Reino de los cielos.
ORACIÓN FINAL:
Señor, uno de los retos más grandes que tengo como cristiano es la coherencia de vida, el cumplir tus mandamientos.
Hoy pongo mi vida en tus manos y te pido que me ayudes a ser más consciente de que tu amor es más fácil llevarlo a los demás cuando me convierto en testimonio de Ti.
Amén.