Hoy es 16 Marzo 2020, Lunes III de Cuaresma. Ya se vislumbra el final del camino: la muerte en la Cruz. Hagamos caso de las insistentes llamadas de Jesús a la conversión. Señor, abre mi corazón a tu Palabra…
EVANGELIO DEL DIA: Lucas 4, 24-30.
“Estando Jesús en la sinagoga de Nazareth, les dijo: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.» «Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó”.
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!.
TEXTO VICENCIANO: “La Humildad nos pone en manos de Dios” (S.V.P. XII, 305; ES XI, 588).
“Nuestra finalidad son los pobres, la gente del pueblo; si no nos acomodamos a ellos, no podremos servirles en nada; el medio para que podamos aprovecharles es la humildad, porque la humildad hace que nos anonademos y nos pongamos en las manos de Dios, soberano ser… yo diría que es ése el estado que conviene a la misión; y entonces hemos de temer que, si no somos así, no tenemos el espíritu de verdaderos misioneros”
REFLEXIÓN PERSONAL:El Señor nos muestra en el Evangelio la necedad del ser humano al escuchar la Palabra de Dios. Jesús nos habla en este pasaje sobre dos personajes: uno de ellos (el leproso) representa la figura del pecador y la otra (la viuda) nos muestra la figura del necesitado. Jesús les reprocha a todos los que estaban en la sinagoga que no estuvieran abiertos a la acción de Dios, al Amor. Les recuerda que hasta los extraños, no eran ajenos a esa caridad divina. Por eso, el Evangelio de hoy nos habla de humildad, de reconocer nuestra pobreza y nuestra miseria y buscar siempre la luz que viene del Señor.
ORACIÓN FINAL:
Señor, abre mi corazón a tu Palabra.
Quiero ser humilde y encontrar siempre que tu luz me guía.
Haz que encuentre tu rostro en cada persona que me encuentro.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.