Hoy es lunes 1 de abril de la cuarta semana de Cuaresma. Si queremos que de verdad Dios nos cure, tenemos que acercarnos a Él confiadamente. Señor, danos una fe viva y operante, un amor ardiente y desinteresado, una esperanza firme e ilimitada en Ti. Ayúdanos a orar con profundidad, para escuchar tu voz y ser dóciles a tus inspiraciones en este momento; aunque nuestro espíritu quiera rebelarse, confiamos en que tu gracia nos fortalecerá.
Jn 4, 43-54
“En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria.» Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no veáis signos y prodigios, no creéis.» El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño.» Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado.» El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a la una lo dejó la fiebre.» El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado.» Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea”.
Palabra de Dios
TEXTO VICENCIANO
Acompañar a los jóvenes en su camino de fe: “Usted nos ha acostumbrado a mirarle como el punto de reunión, el consejero y el amigo de los jóvenes cristianos; sus bondades pasadas nos han dado el derecho de contar con sus bondades futuras; las que usted ha tenido conmigo me hacen esperar otras semejantes para mis amigos”.
(Federico Ozanam, carta a Emmanuel Bailly, 3 de noviembre de 1834).
REFLEXIÓN PERSONAL
¿Cómo vives tu fe? ¿Confías en la palabra de Jesús o solamente crees en los milagros y en las experiencias sensibles?.
Jesús acoge a herejes y forasteros. Yo, ¿cómo me relaciono con las personas? Sé de quién me fiado, confío, Señor, en Ti, y aunque a veces parezca de piedra, confío, Señor, en Ti, y aunque el corazón se pegue a la tierra, Confío en Ti, Confío en Ti, mi Señor.
CANCIÓN
ORACIÓN FINAL
Señor, la enfermedad de su hijo motivó al funcionario a buscarte y a creer en Ti. Yo quiero madurar y crecer en mi amor a Ti, para que no sólo te busque en la necesidad, en la soledad o en el sufrimiento. Con tu gracia sé que lo podré lograr. ¡Gracias por tu amor eterno y por estar siempre conmigo!