Hoy es sábado 13 de abril de la quinta semana de Cuaresma, y recordamos el día en que los sumos sacerdotes y fariseos decidieron dar muerte a Jesús, al ver cómo la Fe en Dios se iba extendiendo entre el pueblo.
Jn 11, 45-57
“Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.» Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.» Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Desde este día, decidieron darle muerte. Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: « ¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle”.
Palabra de Dios
TEXTO VICENCIANO
Esperanza en el porvenir… ¡pero trabajando!: “Creo en el progreso de los tiempos cristianos. No me espantan las caídas y las desviaciones que lo puedan interrumpir: las frías noches, que siguen a los ardientes días, no impiden que el verano siga su curso y que los frutos maduren. [ … ] Cuando los bárbaros derribaban los templos de la vieja Roma, no hacían otra cosa que desprender los mármoles con que la Roma de los papas construirían sus iglesias. [ … ]
He ahí el porqué doy gracias a Dios por estos años turbulentos; porque, en medio del pánico de una sociedad que cree perecer, me he empeñado en estudios en los que encontré seguridad, y donde aprendí a no desesperar de mi siglo, volviendo los ojos a épocas todavía más amenazadas, y contemplando los peligros por los que atravesó la sociedad cristiana, cuyos discípulos somos, y cuyos campeones, si fuere menester, seremos. No soy de los que cierran los ojos a las tormentas del tiempo presente; bien sé que puedo perecer en ellas, y conmigo esta obra, a la que no prometo mayor duración”.
(Federico Ozanam, «La civilización en el siglo V», prefacio)
REFLEXIÓN PERSONAL
Jesús esperaba junto a sus discípulos mientras los sumos sacerdotes y fariseos ordenaban apresarle. No lo veamos como un signo de cobardía pues todavía no había llegado la hora de que se cumpliera el proyecto de Dios para Jesús. ¿Soy yo valiente con mis palabras y obras a la hora de anunciar el Evangelio ante las situaciones de necesidad e injusticias que se dan a mi alrededor?. ¿Sé retirarme y esperar, aceptando que el tiempo de Dios para la construcción del Reino no es el mismo que el de los hombres?.
CANCIÓN
ORACIÓN FINAL
Que se cumpla tu Voluntad Señor en cada una de las decisiones que tomo en mi vida y en cada uno de mis gestos. Que nada me asuste y avance decidido para construir tu Reino cada día.