Oración decimotercer día de Cuaresma

Hoy es lunes 18 de marzo de la segunda semana de Cuaresma, y se nos hace una llamada al Amor, al Amor incondicional que nos iguala al hermano y nos invita a tratarlo como a nosotros mismos, desde la misma medida, desde la “sin medida”.

Lc 6, 36-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.

Palabra de Dios

TEXTO VICENCIANO

Dolerse con los males de los pobres: “[Si así son ahora] los males, no de un solo distrito, sino de varios distritos de París; no solo de París sino de Lyon, de Rouan, y de todas las ciudades manufactureras del Norte, […] ¡Imaginaras lo que traerá el invierno, cuando la dureza de la estación suspenda lo poco que queda de las obras de construcción, y arroje a cuarenta mil parados más por las calles de la capital!

Por supuesto, no tenemos la costumbre de hacernos eco de las alarmas públicas; pero no podemos olvidar estas palabras de una hermana de la caridad: «Yo temo mucho a la muerte -decía-, pero aún temo más al próximo invierno». Y nosotros también lo tememos; y, al bajar por esas escaleras destartaladas en cada piso en que hemos visto tanto sufrimiento presente, tantos peligros para el porvenir, no hemos podido retener nuestro dolor e hicimos la promesa de avisar a nuestros conciudadanos”.

(Federico Ozanam, «A las gentes de bien», en l’Ére nouvelle, 15 de septiembre de 1848).

REFLEXIÓN PERSONAL

Cuantas veces sentimos ajeno el sufrimiento de los otros, cuantas noticias llegan a nuestros sentidos y respiramos relajados porque nos pillan lejos o simplemente calmamos nuestras conciencias, sabiendo que no nos ha tocado a nosotros.

Se nos hace difícil transformar esa actitud escurridiza en actitud agradecida y comprometida, porque son muchas las seguridades que nos hemos forjado a nuestro alrededor y que no nos dejan ver que en el perdón, la entrega, la compasión,…ahí está la Vida, y sobre todo en la Cruz, en la Cruz está la Vida.

CANCIÓN

“Pedid y se os dará” (Ruah)

ORACIÓN FINAL

Cuando me pongo en el lugar del hermano,
En ti encuentro mi fortaleza
Cuando siento su dolor,
En Tí encuentro alivio
Cuando río y comparto la vida
A ti te hago presente.
Danos Señor la gracia de compartir, de sentir, de vivir en fraternidad Sintiéndonos todos uno y que tú eres nuestro Padre.

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