Oración vigésimo octavo día de Cuaresma

Hoy es 13 de marzo de 2018, martes de la cuarta semana de Cuaresma. Es urgente para el mundo y para mí que Dios llegue a curar mis heridas. Escucha serenamente su Palabra y deja que te sane.

Jn 5, 1-11 y 14-16.

Pasado algún tiempo, celebraban los judíos una fiesta, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de los Rebaños, una piscina llamada en hebreo Betesda, con cinco soportales. Yacía en ellos una multitud de enfermos, ciegos, cojos y lisiados, que aguardaban a que se removiese el agua. Periódicamente bajaba el ángel del Señor a la piscina y agitaba el agua, y el primero que se metía apenas agitada el agua, se sanaba de cualquier enfermedad que padeciese. Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús lo vio acostado y, sabiendo que llevaba así mucho tiempo, le dice: — ¿Quieres sanarte? Le contestó el enfermo: —Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua. Cuando yo voy, otro se ha metido antes. Le dice Jesús: —Levántate, toma tu camilla y camina. Al punto se sanó aquel hombre, tomó su camilla y echó a andar. Pero aquel día era sábado; por lo cual los judíos dijeron al que se había sanado: —Hoy es sábado, no puedes transportar tu camilla. Les contestó: —El que me sanó me dijo que tomara mi camilla y caminara. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: —Mira que te has sanado. No vuelvas a pecar, no te vaya a suceder algo peor. El hombre fue y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por ese motivo perseguían los judíos a Jesús, por hacer tales cosas en sábado.

Palabra de Dios


TEXTO DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

En los países en vías de desarrollo, no menos que en los otros, los seglares deben tomar como su tarea propia la renovación del orden temporal. Si es oficio de la Jerarquía enseñar e interpretar en modo auténtico los principios morales que en este terreno hayan de seguirse, a los seglares les corresponde, por su libre iniciativa y sin esperar pasivamente consignas o directrices, penetrar con espíritu cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de sus comunidades de vida. Necesarios son los cambios, indispensables las reformas profundas: deben emplearse en infundirles resueltamente el soplo del espíritu evangélico. (Populorum progresio 81)

 

REFLEXIÓN PERSONAL

Todos estamos expuestos a sentirnos desamparados en los momentos duros, o en la cotidianidad de nuestro trabajo diario. Sin embargo, Cristo nos sale al encuentro. Nos cura y hace que cambie nuestra vida. La presencia de Dios en nosotros basta para aceptarnos y aceptar los pequeños sacrificios de nuestra vida diaria.

Todos somos como ese paralítico. Todos los días constatamos nuestra pequeñez y nos sentimos frágiles, sin fuerzas. Y en realidad lo somos, pues cojeamos siempre en nuestros mismos defectos. Y este paralítico del evangelio de hoy, nos da la solución: Exponer nuestros problemas a Jesús con confianza y Él va a obrar maravillas en nosotros. Somos esos hombres que continuamente tropiezan, somos cojos, necesitamos de alguien que nos sostenga.

Ese alguien es Cristo, el Hijo de Dios. Él quiere ser nuestra fortaleza, nuestra seguridad. A su lado todo lo podemos. Confiemos en Él, pues nunca nos abandona.

¿Qué experiencias tenemos de haber sido tocados por Jesús? ¿Cómo hablamos de ello?

 

 

ORACIÓN FINAL
Señor, gracias por tu amor y tu presencia que verdaderamente hace que nos sintamos como hijos tuyos. Sé que hoy me has escuchado y te pido la gracia de ser paciente para esperar que Tú obres en mí. Hazme ver tu mano amorosa que me sostiene y me hace ver qué grande es tu amor hacia mí.

 

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