Hoy es jueves 16 de Marzo 2017, en el evangelio de hoy, nos invita a ser sencillos y humildes, para que Jesús no encuentre obstáculos para llegar a lo más hondo de nuestro corazón. En la figura de Lázaro, nos cuestiona, cómo ha de ser nuestra actitud ante los más pobres y el uso que hacemos de nuestros bienes.
Lc 16,19-31
A los discípulos les decía: —Un hombre rico tenía un administrador. Le llegaron quejas de que estaba derrochando sus bienes. Lo llamó y le dijo: —¿Qué es eso que me cuentan de ti? Dame cuentas de tu administración, pues no podrás seguir en el puesto. El administrador pensó: ¿Qué voy a hacer ahora que el amo me quita mi puesto? Para cavar no tengo fuerzas, pedir limosna me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me despidan, alguno me reciba en su casa. Fue llamando uno por uno a los deudores de su amo y dijo al primero: —¿Cuánto debes a mi amo? Contestó: —Cien barriles de aceite. Le dijo: —Toma el recibo, siéntate enseguida y escribe cincuenta. Al segundo le dijo: —Y tú, ¿cuánto debes? Contestó: —Cien fanegas de trigo. Le dice: —Toma tu recibo y escribe ochenta. El amo alabó al administrador deshonesto por la astucia con que había actuado. Pues los ciudadanos de este mundo son más astutos con sus colegas que los ciudadanos de la luz. Y yo os digo que con el dinero sucio os ganéis amigos, de modo que, cuando se acabe, os reciban en la morada eterna. El que es de fiar en lo poco, es de fiar en lo mucho; el que es deshonesto en lo poco, es deshonesto en lo mucho. Pues si con el dinero sucio no habéis sido de fiar, ¿quién os confiará el legítimo? Si en lo ajeno no habéis sido de fiar, ¿quién os encomendará lo vuestro? Un empleado no puede estar al servicio de dos señores: pues odiará a uno y amará al otro o apreciará a uno y despreciará al otro. No podéis estar al servicio de Dios y del dinero. Los fariseos, muy amigos del dinero, oían todo esto y se burlaban de él. Él les dijo: —Vosotros pasáis por justos ante los hombres, pero Dios los conoce por dentro. Pues lo que los hombres exaltan lo aborrece Dios. La ley y los profetas duraron hasta Juan. A partir de entonces se anuncia la Buena Noticia del reinado de Dios y todos quieren forzar el acceso. Es más fácil que pasen cielo y tierra antes de que deje de cumplirse una sola letra de la ley. Quien repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio; quien se casa con una mujer repudiada comete adulterio. Había un hombre rico, que vestía de púrpura y lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y había un pobre, llamado Lázaro, cubierto de llagas y echado a la puerta del rico. que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamerle las llagas. Murió el pobre y los ángeles lo llevaron junto a Abrahán. Murió también el rico y lo sepultaron. Estando en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, alzó la vista y divisó a Abrahán y a Lázaro a su lado. Lo llamó y le dijo: —Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro, para que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua; pues me torturan estas llamas. Respondió Abrahán: —Hijo, recuerda que en vida recibiste bienes y Lázaro por su parte desgracias. Ahora él es consolado y tú atormentado. Además, entre vosotros y nosotros se abre un inmenso abismo; de modo que, aunque se quiera, no se puede atravesar desde aquí hasta vosotros ni pasar desde allí hasta nosotros. Insistió el rico: —Entonces, por favor, envíalo a casa de mi padre, donde tengo cinco hermanos; que los amoneste para que no vengan a parar también ellos a este lugar de tormentos. Le dice Abrahán: —Tienen a Moisés y los profetas: que los escuchen. Respondió: —No, padre Abrahán; si un muerto los visita, se arrepentirán. Le dijo: —Si no escuchan a Moisés ni a los profetas, aunque un muerto resucite, no le harán caso.
Palabra de Dios
Se trata de “no asistir más que a aquellos que no pueden trabajar ni buscar su sustento, y que estarían en peligro de morir de hambre si no se les socorre. En efecto, apenas tenga uno fuerzas para trabajar, habrá que comprarle algunos utensilios conformes a su profesión, pero sin darle nada más. Según esto, las limosnas no son para los que pueden trabajar en las fortificaciones o hacer otras cosas, sino para los pobres enfermos, los huérfanos o los ancianos” . SV, IV, 180.
“De los religiosos se dice que están en estado de perfección; nosotros no somos religiosos, pero podemos decir que estamos en un estado de caridad” . SV, XI, 564.
«Tómate tiempo para hacer caridad, es la puerta del cielo». MADRE TERESA DE CALCUTA.
Jesús quiere contarnos que la existencias de dos clases de personas, los ricos y los pobres, esta contra el Plan de Dios. Los bienes de este mundo son para todos y deben ser compartidos. Quien tiene más debe dar al que tiene menos o nada, para que se acabe la desigualdad..Todos debemos poder tener una vida digna…cada uno hoy debemos pensar que estamos haciendo en nuestra vida al respecto.
Al comenzar esta parábola San Ambrosio, obispo de la Iglesia antigua, decía:”Cuando das algo al pobre no le estas dando lo que le pertenece, sino a devolverle lo que es de él, siendo que los bienes de este mundo pertenecen a todos, no solo a los ricos”.
La palabra Lázaro significa “Dios ayuda”, por tanto nos ilumina para que todos los bienes y talentos que recibimos de Dios sean para servir a los demás.
La palabra limosna, en sus orígenes, consiste en hacer justicia en nombre de Dios a aquellos a quienes no se la hacen los hombres. Así debemos entender la afirmación vicencianos de que socorriendo a los necesitados “practicamos la justicia, no la misericordia”. La limosna, pues, lejos de sustituir las reformas estructurales, las exige a gritos.
¿He hecho, de verdad, mi opción por los pobres como la hizo un día Jesús de Nazaret y Vicente de Paúl?
¿Trabajo por la reforma de las estructuras injustas que están a mí alrededor?
¿Qué sentido tiene para mí la limosna?
¿Me contento con “hacer caridad a ratos” o me esfuerzo por “vivir en estado de caridad”?
ORACIÓN FINAL
Señor, ayúdame a ser consciente de que estás siempre a mi lado,
de que cada oración es un nuevo encuentro contigo,
una oportunidad de conversión.
Señor, Tú sabes que soy débil y que muchas veces me olvido de ti,
buscando mi satisfacción en las cosas de este mundo.
Sabes que suelo pensar en mí mismo, en mis planes, en mis gustos,
en mi voluntad.
Por eso, te pido, Señor, que cambies mi corazón
para llegar a ser hombre de Iglesia en el corazón del mundo
y hombre de mundo en el corazón de la Iglesia.