Hoy es sábado 24 de febrero, undécimo día de Cuaresma.
Para, respira, date un espacio para ponerte delante de la Palabra, que ella te inspire en este día.
Evangelio del día: Mt 5,43-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».
¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
Enseñanzas de San Vicente de Paúl
Los que tienen el espíritu de Dios, hermanas mías, hacen las obras de Dios, Dios es santo, y ellos hacen obras muy santas. Pues bien, ¿no queréis ser Hijas de Dios? Sí, seguramente lo queréis, y lo veo en vuestros rostros, que son el testigo de vuestros corazones. Sois Hijas de la Caridad. Dios es caridad, dice san Pablo; y por consiguiente, siendo Hijas de la Caridad, sois hijas de Dios. Y para ser verdaderas hijas, hay que hacer obras.
SVP IX, 398
Para la reflexión personal
La intención verdadera de todos los mandatos de Dios es fomentar el amor hacia el prójimo, sin distinguir amigos de enemigos. El proceso podrá iniciar con pequeños cambios de comportamiento externo hasta llegar a un cambio profundo del corazón.
Es esencial pues, como también nos anima San Vicente, que entendamos el significado de estos mandatos y busquemos cómo ponerlos en práctica en el día a día, pues si hay algo que muestra que somos hechos a imagen y semejanza de Dios es la capacidad de amar sin juzgar, quien lo merece o quién no. Esto nos hace hijos e hijas de Dios, esto nos hace perfectos, es decir maduros en la fe.
El Señor hace salir el sol, permite que la lluvia nos moje en este tiempo de maduración que es la vida, camina a nuestro lado en el proceso de ser cristianos maduros y a actuar como tal. El amor es un indicador de nuestra madurez en la fe.
Aprovecha este tiempo fuerte para inspirarte más en la Palabra y encontrarte con Él. Háblale y cuéntale cómo estás madurando, cómo quieres ser hija/o suyo.
Canción: Gastar la vida (Jesuitas Acústico)
Oración final
Señor, cámbiame. Transfórmame. Quiero ser creyente de fe madurada, que vive y actúa como tal.
Amén.