Hoy es jueves 15 de febrero, segundo día de Cuaresma.
Hoy comienza la Cuaresma. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.
Evangelio del día: Lc 9,22-25
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día». Decía a todos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?».
¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
Enseñanzas de San Vicente de Paúl
¿Queréis venir en pos de mí? Muy bien. ¿Queréis conformar vuestra vida a la mía? Perfectamente. Pero ¿sabéis que hay que comenzar por renunciar a vosotros mismos y seguir llevando vuestra cruz?». Pues bien, esto no se les concede a todos, sino a unos pocos; de ahí que muchos millares de personas, que le seguían para escucharle, lo abandonaron y se retiraron, por no haber sido encontrados dignos de ser sus discípulos, ya que no lo seguían dispuestos de la manera con que nuestro Señor decía que había que estarlo. No estaban en la disposición de vencerse a sí mismos. «Yo lo quiero, les decía, seguidme; pero hay que hacer dos cosas: la primera, renunciar a vosotros mismos, esto es, dejar al viejo Adán; y la segunda, llevar vuestra cruz, y esto todos los días. Y sobre este fundamento, mirad a ver si sois capaces de seguirme y de permanecer en mi escuela
SVP XI, 512
Para la reflexión personal
No podemos pensar en la vida cristiana fuera de este camino que Él recorrió primero. Es el camino de la humildad. El estilo cristiano sin cruz no es de ninguna manera cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana.
La conversión se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación: la atención a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho, la aceptación de los sufrimientos, el padecer la persecución a causa de la justicia. Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro.
Debemos animarnos a amar, a aceptar nuestra cotidianidad con todo lo que trae, lo bueno y lo no tan bueno, pero sabiendo y confiando que en lo diario está Jesús, y nada queda afuera de su amor.
Canción: Vida en Abundancia (Athenas)
Oración final
Tu cruz… mi vuelo
En tu cruz, Señor,
sólo hay dos palos,
el que apunta como una flecha al cielo
y el que acuesta tus brazos.
No hay cruz sin ellos
y no hay vuelo.
Sin ellos no hay abrazo
Abrazar y volar.
Ansias del hombre en celo.
Abrazar esta tierra
y llevármela dentro.
Enséñame a ser tu abrazo.
Y tu pecho.
A ser regazo tuyo
y camino hacia Ti
de regreso.
Pero no camino mío,
sino con muchos dentro.
Dime cómo se ama
hasta el extremo.
Y convierte en ave
la cruz que ya llevo.
¡O que me lleva!
porque ya estoy en vuelo.
Amén.