Hoy es sábado 17 de febrero, cuarto día de Cuaresma.
¿Cuántas situaciones, momentos, ruidos no me dejan escuchar en mi día a día? Padre, en este momento de encuentro contigo quiero hacer silencio. Me paro, me sereno, acallo el ruido de mi interior y me dispongo a escuchar tu Palabra.
Evangelio del día: Lc 5,27-32
En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?». Les respondió Jesús: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores».
¡Palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
Enseñanzas de San Vicente de Paúl
El que quiera vivir en comunidad tiene que decidirse a vivir como un peregrino en la tierra, a hacerse un loco por Jesucristo, a cambiar de costumbres, a mortificar todas sus pasiones, a buscar puramente a Dios, a servir a todos los demás, como el más pequeño de todos; debe estar convencido de que ha venido a servir y no a gobernar, a sufrir y trabajar y no a vivir entre placeres y en la ociosidad. Tiene que saber que allí se le prueba a uno como al oro en el crisol, que es imposible perseverar si uno no quiere humillarse por Dios; y tiene que estar seguro de que, si obra de ese modo, sentirá una verdadera alegría en este mundo y tendrá la vida eterna en el otro.
SVP X, p. 184
Para la reflexión personal
Quizás muchos no entendieron la decisión de Leví de pasar de la abundancia a seguir a Alguien que lo invita a dejarlo todo. Cuánto tenemos que aprender de él en nuestro seguimiento del Maestro.
Como hemos leído en San Vicente, es urgente cambiar de costumbres, se torna necesario que nuestra Iglesia esté convencida de pasar de ostentosidades a vivir desde la austeridad y la entrega. Sólo así seremos fieles a la misión recibida.
Pero esto será posible si cada uno de los que formamos parte de ella nos sentimos llamados a ello.
Que esta Cuaresma nos ayude a ser más auténticos.
¿Qué quiero cambiar? ¿Qué o en qué necesito cambiar? Pienso en ello mientras escucho esta canción.
Canción: Transfigúrame (Ixcis)
Oración final
Que yo Señor, sepa identificar mis miedos, mi orgullo.
Que sea valiente, en mi día a día; para saber dónde me quieres y cómo.
Abre mi corazón a tu Palabra, brújula útil para mis pasos.
Y dame valentía para despojarme de todo aquello superfluo, que me limita en mi entrega misionera.
Amén.