Hoy es 3 de abril, Lunes Santo. En el Evangelio de hoy el amor de María anticipa el amor de Jesús. Ella vertió el perfume sobre los pies del que se vertió a sí mismo sobre el mundo. Abramos nuestro corazón al encuentro con el Señor.
EVANGELIO DEL DÍA: Jn 12,1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
TEXTO:
Desde todos los continentes llega un llamamiento para que las mujeres católicas sean valoradas, ante todo, como miembros bautizados e iguales del Pueblo de Dios. Es casi unánime la afirmación de que las mujeres aman profundamente a la Iglesia, pero muchas sienten tristeza porque su vida no suele ser bien comprendida y sus aportaciones y carismas no siempre son valorados.
Sínodo 2012-2024. Por una Iglesia sinodal, Documento de trabajo para la etapa continental, Nº 61.
REFLEXIÓN PERSONAL:
Jesús se complace en la actuación de María sobre Él, desautorizando a Judas: María la hermana de marta y Lázaro, anticipa, movida por el amor, la muerte y sepultura del Maestro. La unión de Jesús y Marta en ese instante es una unión única, es una unión mística con Dios en su Hijo. De tal modo es esa especialísima unión que Jesús detiene cualquier intromisión. Es la unión perfecta del seguidor de Jesús con Él.
¿Qué lugar ocupamos en este relato evangélico?
Esforcémonos por llegar a ser como María y unámonos con Jesús plenamente.
Echemos fuera de nuestro corazón todo aquello que dificulte, interrumpa o impida nuestra unión con Jesús o la unión de nuestros hermanos con Él.
CANCIÓN: Dios es como una mujer (Cristóbal Fones, SJ feat. Emilia Arija)
ORACIÓN FINAL:
Dios mío que los dones que has puesto en mí,
sepa yo derramarlos entre mis hermanos.
Que no me ciegue como Judas,
Que mi corazón esté siempre abierto a tu Gracia,
Y pueda corresponder a tu infinito Amor.
Amén.