Oración trigésimo día de Cuaresma

Hoy es 23 de marzo. Cierro los ojos durante unos segundos y voy detectando en cada sonido indicios de vida, de Dios entre nosotros llamándome a conocerlo, a aceptarlo, a serle fiel.
Miro al mundo y veo un regalo que debo enriquecer, un lugar donde proclamar la Salvación que Jesús nos regala y que no depende de cuánto sabemos sino de cuánto amamos.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 5,31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos:
«Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí.
Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.
Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis.
¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?»
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¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO:

Dios realiza la nueva alianza prometida en Jesús de Nazaret, el Mesías y Señor, que con su kérygma, su vida y su persona revela que Dios es comunión de amor que con su gracia y misericordia quiere abrazar en la unidad a la humanidad entera.
Él es el Hijo de Dios, proyectado desde la eternidad en el amor hacia el seno del Padre, hecho hombre en la plenitud de los tiempos para llevar a cumplimiento el divino designio de la salvación. No obrando nunca solo, Jesús realiza en todo la voluntad del Padre, que permaneciendo en Él, realiza Él mismo su obra mediante el Hijo que ha enviado al mundo.

La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia, n. 15.

REFLEXIÓN PERSONAL:

Estudiar la Biblia, mirar con lupa la Palabra y grabarla en mi memoria no tiene valor en sí mismo. Es necesario que la interiorice, que extraiga el relato de Amor y la promesa de Salvación que transmite.
De lo contrario, estaré cada día cometiendo el mismo error que aquellos judíos que están frente al Mesías y no lo reconocen; cuestionan sus intenciones, no entienden sus palabras ni sus milagrosos prodigios. Están dispuestos a recibir a falsos profetas que les regalen los oídos con promesas deseadas antes que a Jesús y su mensaje de Salvación mediante la Cruz. La entrega, el sacrificio y la mansedumbre no podían formar parte de los anhelos de aquellos sabios de las escrituras.
Si quiero recibir la Salvación que trae Jesús debo cerrar los oídos a los impostores, a falsas conciencias, a vacuos anhelos, y abrir mi corazón para reconocer el Mensaje. Ese Mensaje que es una invitación a la bondad pura, a la entrega incondicional.

CANCIÓN: Despertar (Kairy Márquez)

ORACIÓN FINAL:

Dios Padre, ábreme los oídos, límpiame los ojos, despierta mi mente y mi corazón para que no me deje engañar por falsos caminos de salvación. Que mi día a día sea así un encuentro permanente con Jesús y su verdadero Mensaje.

Amén.

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