Oración vigésimo sexto día de Cuaresma

Hoy es 19 de marzo, cuarto domingo de cuaresma, solemnidad de san José, esposo de la Virgen María. Acojamos la palabra de Dios abriendo nuestros ojos a la realidad de su Amor.

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 9,1.6-9.13-17.34-38

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)».
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: «¿No es ése el que se sentaba a pedir?».
Unos decían: «El mismo».
Otros decían: «No es él, pero se le parece».
Él respondía: «Soy yo».
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo».
Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado».
Otros replicaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?».
Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?».
Él contestó: «Que es un profeta».
Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?».
Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: «¿Crees tú en el Hijo del hombre?».
Él contestó: «¿Y quién es, Señor, para que crea en él?».
Jesús le dijo: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es».
Él dijo: «Creo, Señor». Y se postró ante él.

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO:

Hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas,
estimular la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros, y crear un imaginario positivo que ilumine las mentes, enardezca los corazones, dé fuerza a las manos.

Papa Francisco, Discurso en la apertura del Sínodo de los jóvenes, 3 de octubre de 2018.

REFLEXIÓN PERSONAL:

Hoy la Iglesia nos invita a profundizar en la figura de san José, como hombre bueno capaz de hacer posible el sueño de Dios. Dejar las cegueras que nos impiden ver con Esperanza y recobrar la confianza en la providencia, la certeza de que estamos en manos de Dios y en nuestra vida se hace su voluntad; esa es la actitud a la que somos llamados. Solo así como san José, haremos posible el milagro, acompañar confiadamente el nacimiento de la VIDA.

CANCIÓN: Llega el Reino de Dios (Ixcis)

ORACIÓN FINAL (Papa Francisco, Patris Corde):

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal.

Amén.

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