Hoy es 4 de marzo, festividad de san Casimiro (Kasmir, el que impone la paz), patrón de Polonia y Lituania. Era hijo del rey de Polonia Casimiro IV. Aunque murió a edad temprana (1458-1484), fue descrito como un joven de excepcional virtud. Alcanzó una auténtica experiencia espiritual de Dios a través del rezo diario y de la meditación e interiorización de las pasiones y sufrimientos de Jesucristo.
Que al igual que san Casimiro, sepamos nosotros alcanzar la experiencia del Dios Padre y misericordioso que siempre ama, que siempre perdona.
EVANGELIO DEL DÍA: Mt 5,43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
TEXTO:
La primera mirada de Jesús no se dirigía al pecado de los otros, sino a su sufrimiento.
Johann Baptist Metz. Revista Latinoamericana de Teología 56(2002) p. 145-170.
REFLEXIÓN PERSONAL:
Jesús nos propone a todos los creyentes buscar la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo. No hay duda de que visto desde una perspectiva terrenal nos parece una acción inalcanzable, pero Jesús, a través de la oración, «pedía la gracia de mirar todas las cosas tal como son en Dios y no como aparecen fuera de Él, pues de lo contrario podríamos engañarnos y obrar de manera diferente de como Él quiere» (SVP VII, 331).
Solamente desde esa gracia podremos mirar nuestro interior y el de nuestros enemigos y encontrar la causa y el dolor que provoca el pecado que nos impide hacer realidad el amor fraterno.
CANCIÓN: Amad a vuestros enemigos (Ixcís)
ORACIÓN FINAL:
Que, al igual que san Casimiro, seamos capaces de orar diariamente pidiendo al Padre la fuerza suficiente para amar a nuestros enemigos y juntos hacer realidad la construcción del Reino; ese Reino que empieza por el yo interior de uno mismo buscando ser uno con Él y en Él; ese Reino donde únicamente impere la ley del amor de Dios.
Amén.