Oración decimoctavo día de Cuaresma

Hoy es 19 de marzo, décimo octavo día de cuaresma y festividad de san José. En este día especial de fiesta, te pido luz, Señor para escucharte y comprometerme como hizo José, hombre justo y sencillo que comprendió y aceptó Tu Voluntad sobre él. Hacemos especialmente presente a todos los padres y aquellos que han tenido que separarse de sus hijos por motivos de los conflictos armados.

EVANGELIO DEL DÍA: Mt 1,16.18-21.24a

«Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
“José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados”.
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor»
.

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO VICENCIANO:

«Esta espiritualidad se expresa ante todo por una vida de completa docilidad al Espíritu. Nos compromete a ser moldeados desde el interior por el Espíritu, para que podamos llegar a ser cada vez más como Cristo. No es posible dar testimonio de Cristo sin reflejar su imagen, que se hace viva en nosotros por la gracia y el poder del Espíritu. Esta docilidad nos compromete a recibir los dones de fortaleza y discernimiento, que son elementos esenciales de la espiritualidad misionera».

Discípulos en Misión Art. 87. Punto 3.2.

REFLEXIÓN PERSONAL:

José no tiene certezas ni seguridades en su camino, pero actúa desde un corazón justo, noble y generoso, y así tiene lugar su encuentro con Dios, en quien encuentra el aliento para seguir caminando en la vida. Nosotros, misioneros como José, tenemos que estar necesariamente abiertos a la voz de Dios. Muchas veces puede irrumpir en nuestras vidas modificando nuestras expectativas y planes, moldeándonos desde la apertura al Espíritu para discernir Su Voluntad como supo hacer José. ¿Y yo? ¿Facilito o bloqueo la acción del Espíritu, los planes de Dios para el mundo, en el que quiere construir el Reino?

CANCIÓN: ¡Como Tú! (P. Óscar Alejandro Hernández)

ORACIÓN FINAL:

Amo, Señor, tus sendas y me es suave la carga que en mis hombros pusiste, pero a veces encuentro que el cielo ante mis ojos de tinieblas se viste, mas entonces me miras… y se llena de estrellas, Señor, la oscura noche, y detrás de tus huellas con la cruz que llevaste, me es dulce caminar.

Amén.

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