Oración quinto día de Cuaresma

Hoy es 21 de febrero, primer domingo de Cuaresma. Hacemos silencio, Padre Bueno, para encontrarnos Contigo. Hoy veremos que la grandeza de corazón no se demuestra en el poder y en el dominio, sino en la capacidad de ayudar al otro a ser él mismo. Tomamos unos momentos para recordar a aquellas personas que nos han ayudado a crecer. Damos gracias por ellos.

EVANGELIO DEL DÍA: Mc 1,12-15

«En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».

¡Palabra del Señor!; ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!

TEXTO ENCÍCLICA:

«La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora. No es menos vida, no es una baja intensidad sino todo lo contrario. En realidad, quienes disfrutan más y viven mejor cada momento son los que dejan de picotear aquí y allá, buscando siempre lo que no tienen, y experimentan lo que es valorar cada persona y cada cosa, aprenden a tomar contacto y saben gozar con lo más simple. Así son capaces de disminuir las necesidades insatisfechas y reducen el cansancio y la obsesión. Se puede necesitar poco y vivir mucho».

Laudato Si, nº 223

REFLEXIÓN PERSONAL:

Podemos vivir a Dios desde la experiencia del desierto. En el desierto ante la situación de austeridad aparece el modo de dios tentador… Un Dios manipulable, que manejamos a nuestro antojo y que no añade nada a nuestra vida. Sería lo mismo que vivir ajenos a Dios. Sin embargo, Jesús rechaza esta forma de entender a Dios, porque para vivir en Dios hay que dejar que su Presencia entre de lleno en nuestra vida, que nos dejemos llevar por Él para que nuestra vida se vea enriquecida, renovada, transformada. Hoy nos preguntamos: ¿a quién hemos venido hoy a encontrar?

CANCIÓN:

“Tentaciones” (Grupo Brotes de Olivo)

ORACIÓN FINAL:

Padre Bueno: para ti la Vida brota desde dentro, se regala, se da, se acoge. La vida se contagia y es gratuidad y compromiso. Llénanos de tu Presencia, ayúdanos a ser tus discípulos, como Jesús, enseñándonos a convertir el corazón duro en un Corazón Sensible, Comprometido y Cercano a los que sufren. Amén.

Entrada anterior
Oración cuarto día de Cuaresma
Entrada siguiente
Oración sexto día de Cuaresma