Oración trigésimo segundo día de Cuaresma

Hoy es 17 sábado de marzo de 2018; Cuando no calamos en un sistema cerrado, no falta quien busque razones para acomodar las cosas a una manera y satisfacer de pronto unos caprichos egoístas; pero habrá personas, al estilo de Cristo, de palabras unidas al testimonio, favoreciendo la Justicia, el Reino de Dios.

Jn 7, 40-53.

“Algunos de la gente, al oír estas palabras, decían: -Éste es realmente el profeta. Otros decían: -Éste es el Mesías. Otros rebatían: -¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá de la descendencia de David y de Belén, la patria de David? La gente andaba dividida a causa de él. Algunos intentaban arrestarlo, pero nadie le echó mano. Cuando los guardias volvieron, los sumos sacerdotes y los fariseos les preguntaron: -¿Por qué no lo han traído? Ellos contestaron: -Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre. Replicaron los fariseos: -¿También vosotros estáis embaucados? ¿Quién de los jefes o de los fariseos ha creído en él? Sólo esa maldita gente, que no conoce la ley. Nicodemo, uno de ellos, que había acudido a Jesús en otra ocasión, les dijo: -¿Acaso nuestra ley condena a alguien sin haberlo oído antes y haber comprobado lo que ha hecho? Le contestaron: -¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas. Y cada uno se marchó por su lado”

Palabra de Dios


TEXTO DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

“Quienes tienen responsabilidades políticas no deben olvidar […] la dimensión moral de la representación, que consiste en […] compartir el destino del pueblo y en buscar soluciones a los problemas sociales. […] Una autoridad responsable significa […] una autoridad ejercida mediante el recurso a las virtudes que favorecen la práctica del poder con espíritu de servicio (paciencia, modestia, moderación, caridad, generosidad); una autoridad ejercida por personas capaces de asumir […] como finalidad de su actuación el bien común y no el prestigio o el logro de ventajas personales.

Entre las deformaciones del sistema democrático, la corrupción política es una de las más graves, porque traiciona al mismo tiempo los principios de la moral y las normas de la justicia social; compromete el correcto funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados; introduce […] desconfianza respecto a las instituciones públicas, causando […] menosprecio de los ciudadanos por la política y sus representantes, con el […] debilitamiento de las instituciones. La corrupción distorsiona de raíz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como terreno de intercambio político entre peticiones clientelistas y prestaciones de los gobernantes. De este modo, las opciones políticas favorecen los objetivos limitados de quienes poseen los medios para influenciarlas e impiden la realización del bien común de todos los ciudadanos”.

(Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, nº 410 y 411)

 

REFLEXIÓN PERSONAL

Este Cristo es incómodo. Llega a través de los pobres y humildes y no a través de los que representan la autoridad, el poder –Ellos, la “aristocracia” de su sociedad, los que gozan de prestigio, de buena posición-. El que mucho tiene, el instalado, defiende las estructuras, el estatus quo, porque le conviene que las cosas permanezcan así, pues de este modo mantiene sus privilegios; es el egoísmo y la comodidad del que más tiene, y se aferra a lo que tiene como lo más importante, sin lo cual no podría vivir…Está ahí el origen de su ceguera. Finalmente, si seguimos escarbando, llegamos a la soberbia, al orgullo…El querer ser como Dios, y estar por sobre todo, sobre el dolor, la pobreza, la injusticia, el hambre y cuanta necesidad agobia a nuestros hermanos. El estar por encima de todo e indiferente a todos. Ese es el gran pecado del que todo lo tiene: la idolatría. Vale más todo lo que tiene que su vida misma…o al menos eso es lo que cree, por ello no está dispuesto a ceder un centímetro. Por eso este Dios, este “miserable” no puede ser su Dios, el Mesías, el Salvador. Un zarrapastroso de Galilea no puede ser el Salvador.
Sus corazones ya estaban cerrados completamente. Vino la luz, pero no quisieron verla, prefirieron caminar en la sombra. Así de simple. Y… ¿así sigue ocurriendo?…

 

 

ORACIÓN FINAL
Señor, que no nos cieguen las sombras del poder, la vanidad, la riqueza, la comodidad, los privilegios. Que prefiramos tu luz, siendo humildes siervos tuyos allá donde nos toque servirte, porque con nuestros hermanos es que llegaremos a Ti, y no hemos de descansar mientras haya hambre, miseria e injusticia.

 

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