Oración Miércoles de Ceniza

Hoy es 14 de febrero de 2018, Miércoles de Ceniza, tenemos por delante cuarenta días que Dios nos regala para la conversión del corazón. En este día, Jesús nos invita a no esperar la recompensa del aplauso de los hombres, si no de Dios. Escuchemos.

Mt 6, 1-6 y 16-18

Guardaos de hacer las obras buenas en público solamente para que los vean; de lo contrario no os recompensará vuestro Padre del cielo. Cuando des limosna no hagas tocar la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los alabe la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú hagas limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; de ese modo tu limosna quedará escondida, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando oréis no hagáis como los hipócritas, que gustan rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a orar, entra en tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre a escondidas. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis no pongáis cara triste como los hipócritas, que desfiguran la cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que tu ayuno no lo vean los hombres, sino tu Padre que está escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Palabra de Dios

TEXTO DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

184 El amor de la Iglesia por los pobres se inspira en el Evangelio de las Bienaventuranzas, en la pobreza de Cristo y en su atención por los pobres. Este amor se refiere a la pobreza material, así como a las numerosas formas de pobreza cultural y religiosa. 389 La Iglesia «desde sus orígenes, a pesar de la infidelidad de muchos de sus miembros, no ha cesado de trabajar para aliviarlos, defenderlos y liberarlos. Lo ha hecho mediante innumerables obras de beneficencia, que siempre y en todo lugar continúan siendo indispensables». 390 Inspirada por el precepto evangélico «Gratuitamente han recibido, den gratuitamente» (Mt 10,8), la Iglesia enseña a socorrer al prójimo en sus diversas necesidades y lleva a cabo en la comunidad humana innumerables obras de misericordia corporales y espirituales: «Entre estas obras, la limosna es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna, así como una práctica de justicia que agrada a Dios», 391 si bien la práctica de la caridad no se reduce a la limosna, sino que requiere la atención a la dimensión social y política del problema de la pobreza. Sobre la relación entre caridad y justicia es constante la enseñanza de la Iglesia: «Cuando damos a los pobres las cosas indispensables, no les damos de nuestras cosas, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que cumplir un acto de caridad, lo que realizamos es un deber de justicia». 392 Los Padres Conciliares recomiendan que se cumpla este deber «para no dar como ayuda lo que es debido a título de justicia». 393 El amor por los pobres es ciertamente «incompatible con el amor desordenado por las riquezas o con su uso egoísta».

REFLEXIÓN PERSONAL

Mateo nos recuerda que es propio del hombre la tendencia natural que siente a que se le recompense cuando ha hecho algo bien. Sin embargo, el evangelio de hoy nos enseña completamente lo contrario. Dice que ni siquiera la mano izquierda se debe enterarse de lo que hace la derecha. Parecería una exageración, pero detrás de este evangelio se encuentra la enorme riqueza y el enorme valor de Cristo. Pues, cuando quiere que le ofrezcamos un sacrificio, un acto de generosidad, quiere que se la ofrezcamos sólo a Él y para Él, es decir, hacer las cosas sólo por amor a Cristo. Esperando la recompensa no del aplauso de los hombres sino de Dios. Es un aplauso muy silencioso en la tierra pero exageradamente estruendoso en el cielo. Hagamos la prueba buscando no ser vistos y alabados por los hombres la próxima ocasión en que hagamos el bien a una persona.

ORACIÓN FINAL
Señor, hoy que inicia la Cuaresma te imploro me ayudes a vivirla animado por una fe más auténtica, más firme, con una mayor pureza de intención y por la esperanza que la anima, busque crecer en el amor. Que tu gracia me guíe para aprovechar todos los medios espirituales que me ofreces a través de nuestra madre, la Iglesia.

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