Oración duodécimo día de Cuaresma

Hoy es 25 de febrero de 2018, el Evangelio nos invita a la escucha “Este es mi hijo Amado, Escuchadle”. Cada vez tenemos menos tiempo para escuchar. No sabemos acercamos con calma y sin prejuicios al corazón del otro. Se nos haya olvidado, en buena parte, que ser creyente es vivir escuchando a Jesús. Y que sólo desde esta escucha nace la verdadera fe cristiana.

Mt 9, 2-10

Seis días más tarde tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan y se los llevó aparte a una montaña elevada. Delante de ellos se transfiguró: su ropa se volvió de una blancura resplandeciente, tan blanca como nadie en el mundo sería capaz de blanquearla. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: -Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a armar tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías -No sabía lo que decía, pues estaban llenos de miedo-. Entonces vino una nube que les hizo sombra, y salió de ella una voz: -Éste es mi Hijo querido. Escuchadle. De pronto miraron en torno y no vieron más que a Jesús solo con ellos. Mientras bajaban de la montaña les encargó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que aquel Hombre resucitara de la muerte. Ellos cumplieron aquel encargo pero se preguntaban qué significaría resucitar de la muerte.

Palabra de Dios


TEXTO DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

El Señor Jesús es el prototipo y el fundamento de la nueva humanidad. En Él, verdadera « imagen de Dios » (2 Co 4,4), encuentra su plenitud el hombre creado por Dios a su imagen. En el testimonio definitivo de amor que Dios ha manifestado en la Cruz de Cristo, todas las barreras de enemistad han sido derribadas (cf. Ef 2,12-18) y para cuantos viven la vida nueva en Cristo, las diferencias raciales y culturales no son ya motivo de división (cf. Rm 10,12; Ga 3,26-28; Col 3,11).

 

REFLEXIÓN PERSONAL

Vivir escuchando a Jesús es una experiencia única. Por fin, estás escuchando a alguien que dice la verdad. Alguien que sabe por qué y para qué hay que vivir. Alguien que ofrece las claves para construir un mundo más justo y más digno del ser humano.

Entre los seguidores de Jesús no se vive de cualquier creencia, norma o rito. Una comunidad se va haciendo cristiana cuando va poniendo en su centro el evangelio y sólo el evangelio. Ahí se juega nuestra identidad. No es fácil imaginar un hecho colectivo más humanizador que un grupo de creyentes escuchando juntos el «relato de Jesús». ¿Te atreves a escuchar a Jesús en tu vida?.
 

 

ORACIÓN FINAL
Jesús, gracias por invitarme a subir al monte alto de la oración, porque quieres que te escuche, y que pueda convertirme en ese discípulo y misionero, que con tu gracia, acerca a otras personas a experimentar la luz de tu Palabra, el consuelo de tu cercanía y lo maravilloso de tu amor.

 

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