Oración vigésimo tercer día de Cuaresma

Hoy es jueves 28 de marzo de la tercera semana de Cuaresma. Cuántas veces, Señor, me has buscado y cuántas veces yo he hecho oídos sordos a tu llamado. Perdóname, Dios mío, por tanta dureza de mi parte, perdona mi ignorancia y necedad al no escuchar tus invitaciones a la vida bienaventurada que me ofreces. Porque el reino de Dios está llegando a nosotros.

Lc 11, 14-23

“En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: «Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: «Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama».

Palabra de Dios

TEXTO VICENCIANO

Como obrero de la última hora (…) pido que nos ocupemos del pueblo:

“Si Dios ha querido concederme ardor en el trabajo, no he asumido jamás esta gracia con arrogancia de genio. Desde la clase inferior de donde procedo, he querido consagrar mi vida al servicio de la fe, pero considerándome como un siervo inútil, como un obrero de la última hora a quien el dueño de la viña ha recibido sólo por caridad”.
(Federico Ozanam, Carta del 14 de julio de 1850 a su amigo Dufieux)

“Pido que nos ocupemos del pueblo que tiene tantísimas necesidades y no tantos derechos, que reclama con razón una parte más cumplida en los asuntos públicos, garantías para el trabajo y contra la miseria”.
(Federico Ozanam, carta del 22 de febrero de 1848 a su amigo Foisset).

REFLEXIÓN PERSONAL

Tras veinte siglos, cualquier persona que se acerca con interés y honestidad a su figura, se enfrenta a La pregunta: « ¿Quién es Jesús?». La respuesta solo puede ser personal. Soy yo quien tengo que responder, y sobre todo con mi vida diaria. Porque frecuentemente endurecemos el corazón, caminando según nuestras convicciones. Así pues Señor, muéstrate el más fuerte, rompe nuestra obstinación.

Así era Federico Ozanam, quien buscaba que la humildad fuese una constante de su vida, como le confiesa a su amigo Dufieux. Y sin embargo, desde esa vida humilde, la irradiación de su modo de vivir la fe continuó extendiéndose más allá de los límites Universitarios: La fundación de las Conferencias de San Vicente de Paúl le lleva a tomar contacto con el medio obrero y a constatar los sufrimientos reales de las clases trabajadoras, surgidas de la transformación industrial de la primera mitad del siglo XIX, estudiando y enfrentando vitalmente el problema con la minuciosidad y la conciencia que pone en todos sus trabajos, como confiesa a su otro amigo Foissset.

CANCIÓN

“En quién si no (Sucedió)” (Ruah)

ORACIÓN FINAL

Cristo Jesús, acompaña a tu iglesia en esta cuaresma donde volvemos paso a paso al Dios de la Misericordia y el perdón.
Nuestro corazón está a veces oscuro y necesitamos de la luz de tu Espíritu.
Danos alegría porque necesitamos de ti para vivir, y haz que nos movamos contigo a la medida la medida del amor.

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