Oración vigésimo segundo día de Cuaresma

Hoy es 7 de marzo de 2018, miércoles de la tercera semana de Cuaresma. Jesús afirma la validez de la ley, y su misión de llevarla a su “pleno cumplimiento “que para Él consiste en interpretarla a la luz del mandamiento del amor, pues toda la ley de los profetas pende del precepto de “amar al Señor tu Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo”.

Mt 5, 17-19.

No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir. Os aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una letra, ni una coma de la ley dejará de realizarse. Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos preceptos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de Dios. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de Dios.

Palabra de Dios


TEXTO DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

La miseria humana es el signo evidente de la condición de debilidad del hombre y de su necesidad de salvación. De ella se compadeció Cristo Salvador, que se identificó con sus «hermanos más pequeños» (Mt 25,40.45). «Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres. La buena nueva «anunciada a los pobres» (Mt 11,5; Lc 4,18) es el signo de la presencia de Cristo». (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Capítulo III, nº 183)

Todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana, cuyo auténtico desarrollo favorecen; son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia, el amor. Su práctica es el camino seguro y necesario para alcanzar la perfección personal y una convivencia social más humana; constituyen la referencia imprescindible para los responsables de la vida pública, llamados a realizar «las reformas sustanciales de las estructuras económicas, políticas, culturales y tecnológicas, y los cambios necesarios en las instituciones». (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Capítulo VII, nº 197)

 

REFLEXIÓN PERSONAL

El amor de Dios es el contenido mismo de la revelación de Dios en Jesús. Y a esa revelación el hombre solo puede responder con la entrega confiada de sí mismo al Dios que nos ama incondicionalmente, en la actitud creyente que comporta la fe, la esperanza y el amor. Pablo afirmara después: ”El hombre no se justifica por el cumplimiento de la ley, sino por creer en Jesucristo (Gal, 2).Con una fe que solo es efectiva si transforma la existencia del sujeto, su vida:”vivo de la fe en el Hijo de Dios que me amo…” y toda su conducta, organizada desde la realización del amor afectivo y efectivo a los otros.

 

 

ORACIÓN FINAL
Señor Jesús:
que mi ley sea la aceptación gozosa de tu voluntad en mi cada día, que mi ley sea tu Reino y tu Evangelio que transforma,
que mi ley sea la compasión y el perdón sin medidas
que mi ley sea la Resurrección y la Vida.

 

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