Oración trigésimo primer día de Cuaresma

Hoy es Viernes 31 de marzo de dos mil diecisiete, Viernes 4º de cuaresma. No temamos ser fieles a Cristo porque Él está con nosotros. Afirma el Papa Francisco que La Palabra del Señor, provoca siempre una división entre quien la acoge y quien la rechaza. A veces también en nuestro corazón se enciende un contraste interior; esto sucede cuando advertimos la fascinación, la belleza y la verdad de las palabras de Jesús, pero al mismo tiempo las rechazamos porque nos cuestionan, nos ponen en dificultad y nos cuesta demasiado observarlas: ¿cómo nos situamos, como misioneros suyos, ante Ella?

Jn 7,1-2.10.25-30

“Algún tiempo después recorría Jesús Galilea, y no quería recorrer Judea porque los judíos intentaban darle muerte. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas […]

Cuando ya habían subido sus parientes a la fiesta, subió también él, no en público, sino a escondidas.
Algunos de Jerusalén comentaban: — ¿No es éste el que intentaban matar? Resulta que habla públicamente y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido realmente las autoridades que éste es el Mesías? Sólo que de éste sabemos de dónde viene; cuando venga el Mesías nadie sabrá de dónde viene. Entonces Jesús, que enseñaba en el templo, exclamó: —A mí me conocéis y sabéis de dónde vengo. Yo no vengo por mi cuenta, sino que me envió el que es veraz. Vosotros no lo conocéis; yo lo conozco porque procedo de él y él me envió. Intentaron detenerlo, pero nadie le echo mano, porque no había llegado su hora”.

Palabra de Dios

[…] El Padre Eterno nos destina a lo mismo que destinó a su Hijo, que vino a Evangelizar a los Pobres y que indicó esto como señal de que era el Hijo de Dios y de que había venido el Mesías que el Pueblo esperaba. Tenemos, pues, una grave obligación contraída con su bondad infinita, por habernos asociado a Él en esta tara divina y por habernos escogido entre tantos y tantos otros, más dignos de este honor y más capaces de responder a él que nosotros”. S.V.P. XI, 386

Jesús es prototipo del Justo “incómodo”, cuyo testimonio se quiere silenciar; todas las acusaciones contra Él surgen del odio: dicen saber de dónde viene Jesús; el Mesías, en cambio no; por tanto, Jesús no es el Mesías, porque saben de dónde viene. Otras veces le creen endemoniado, o le critican por preferir la vida de las personas por encima de la ley. Los fariseos buscan desacreditarle y hacerle huir para no tener que aceptar su testimonio.
Pero, Jesús «grita» su identidad: no viene por su cuenta, sino enviado por El Que Es Veraz, al que no conocen, pero Jesús sí porque procede de Él, que le ha enviado.
Hoy, junto a personas que aceptan a Jesús, hay quienes le ignoran, o persiguen toda idea suya. Sus seguidores corren igual suerte: quizás no nos alcance la persecución física, pero sí críticas por ser coherentes con nuestra fe. En un mundo que desvirtúa el respeto a la vida, la caridad, el perdón, debemos trabajar por extender el Reino de Dios y no sólo lamentarnos por la situación. Somos quienes cambiaremos el corazón del pueblo con nuestro testimonio. No dudemos en ser fieles a Jesús, y continuar con ese urgente compromiso por extender de el Reino junto a los pobres, que es signo de la presencia del Espíritu Mesiánico, como lo vio Vicente de Paúl; porque “si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”.

 

ORACIÓN FINAL

Jesús, a Ti te perseguían los tuyos, les molestaba que fueras diferente,
Que tuvieras valores distintos y ofrecieras otro modo de vivir.
No podían entender cómo siendo del Pueblo, sabías tanto y estabas tan preparado.
Tú sabes, Señor, que, algunas veces, rechazo el triunfo de otro por envidia,
Me cuesta reconocer que brille más en algo,
Y soy poco generoso en el aplauso y el estímulo.
Quiero ser honrado y ayudar a los otros a triunfar,
A que den lo mejor de sí mismos, superándome a mí si es preciso.
Quiero ser hermano potenciador del otro, capaz de celebrar la diversidad
Y de respetar con cariño las diferencias,
Impulsándonos a ser del todo como Tú nos soñaste.
Te ofrezco mi libertad, permite que esta oración me lleve a la experiencia de tu amor,
Y que esta experiencia determine mi vida, mi comportamiento,
La forma en que me relacione con los demás.
Que mis debilidades no impidan que pueda darte a los demás.
Que tu Palabra penetre hondamente en mi corazón
Y la trasmita fielmente a todas las personas que pongas en mi camino.

Entrada anterior
Oración trigésimo día de Cuaresma
Entrada siguiente
Oración trigésimo segundo día de Cuaresma
Menú